Las autoridades deben seguir sosteniendo la recuperación
MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
La economía mundial crecerá un 4% en 2021 y un 3,8% en 2022, después de sufrir una contracción del 4,3% en 2020, suponiendo que la distribución inicial de las vacunas contra la Covid-19 se amplíe a lo largo del año, según las últimas proyecciones del Banco Mundial, que advierte de que, en el caso de que los contagios sigan aumentando y se retrase la distribución de vacunas, la expansión del PIB global se limitaría al 1,6%.
Por otra parte, en un escenario optimista, con un control exitoso de la pandemia y un proceso de vacunación más rápido, el crecimiento mundial podría acelerarse hasta casi el 5%, apunta la institución.
Según el escenario base de la institución, el PIB de las economías avanzadas, que sufrió una caída del 5,4% en 2019, crecerá este año un 3,3% y se acelerará en 2022 al 3,5%, mientras que en el caso de las economías emergentes y en desarrollo el PIB crecerá un 5% en 2021 y un 4,2% en 2022, después de la contracción del 2,6% estimada en 2020.
Entre las economías más desarrolladas, el Banco Mundial prevé que Estados Unidos registrará una expansión del 3,5% en 2021 y del 3,3% en 2022, tras retroceder un 3,6% el año pasado. A su vez, la zona euro, para la que estima una contracción del 7,4% en 2020, rebotará un 3,6% en 2021 y un 4% en 2022.
De su lado, entre las economías emergentes, el Banco Mundial anticipa un crecimiento del PIB de China del 7,9% en 2021 y del 5,2% en 2022, después de lograr capear la crisis del Covid-19 mejor que el resto de países, con un crecimiento del 2% en 2020.
En el caso de la India, las previsiones de la institución apuntan a un rebote del PIB del 5,4% este año y del 5,2% el siguiente, después del desplome del 9,6% estimado para 2020.
En su informe 'Perspectivas económicas mundiales', la institución alerta del riesgo de que el impacto de la pandemia amenaza con deprimir la actividad económica y los ingresos durante un período prolongado y señala al control de la propagación de la Covid-19 y la garantía de una distribución rápida y amplia de las vacunas como principales prioridades políticas a corto plazo.
Asimismo, para impulsar la recuperación económica, el Banco Mundial reclama a las autoridades facilitar un ciclo de reinversión destinado a lograr un crecimiento sostenible que dependa menos de la deuda pública.
Como ocurrió en el pasado con otras crisis graves, se espera que la pandemia deje efectos adversos de larga duración en la actividad mundial, apunta la institución, para la que es probable que la desaceleración del crecimiento mundial prevista para el próximo decenio empeore debido a la falta de inversiones, el subempleo y la disminución de la fuerza de trabajo en muchas economías avanzadas.
"Si la historia puede servir de referencia, la economía mundial se dirige hacia un decenio desalentador en materia de crecimiento, a menos que los encargados de la formulación de políticas pongan en marcha reformas amplias que mejoren los elementos impulsores para un crecimiento económico equitativo y sostenible", advierte.
En este sentido, afirma que las autoridades responsables de las políticas económicas "deben seguir sosteniendo la recuperación", pasando gradualmente del apoyo a los ingresos a las políticas de fomento del crecimiento.
"Si bien la economía mundial parece haber entrado en una recuperación moderada, los encargados de la formulación de políticas se enfrentan a desafíos enormes al tratar de asegurar que esta recuperación mundial, aún frágil, cobre impulso y siente las bases de un crecimiento robusto", afirmó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
"Para superar los impactos de la pandemia y contrarrestar los factores adversos que afectan las inversiones, es necesario dar un gran impulso a la mejora del entorno empresarial, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y de productos, y reforzar la transparencia y la gobernanza", añadió.
Además, también será necesario abordar las fragilidades financieras de muchos de esos países, ya que la crisis del crecimiento afecta a los presupuestos de los hogares y los balances de las empresas vulnerables, advirtió Carmen Reinhart, vicepresidenta y primera economista del Banco Mundial.