MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado a la baja su pronóstico de crecimiento para la eurozona en 2022, aunque ha mejorado notablemente el de 2023, mientras que ha incrementando "significativamente" sus previsiones de inflación para la región.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha reconocido en rueda de prensa que, a pesar de esta revisión al alza de la inflación, la institución sigue confiando en que la subida de precios se relajará a lo largo de 2022 y se situará por debajo del 2% al final del horizonte de las proyecciones macroeconómicas.
De este modo, el banco central espera que la inflación de la zona euro en 2021 sea del 2,6%, frente al pronóstico de septiembre del 2,2%, para acelerar en 2022 al 3,2%, frente al 1,7% anticipado anteriormente, y solo relajarse al 1,8% un año después, tres décimas por encima de lo esperado con anterioridad. Para 2024, el BCE espera que la inflación sea del 1,8%.
En cuanto al crecimiento del PIB de la zona euro, Lagarde ha reconocido una pérdida de impulso en los últimos meses de 2021 que se extenderá al arranque de 2022, lo que retrasará al primer trimestre del próximo año el momento en el que la eurozona recupere el PIB previo a la pandemia.
En este sentido, el BCE prevé ahora que el PIB de la región crezca un 5,1% este año, para desacelerarse al 4,2% en 2022, cuatro décimas menos de lo esperado el pasado mes de septiembre, aunque ha revisado al alza su pronóstico para 2023, hasta el 2,9% desde el 2,1%. De cara a 2024, el BCE espera una expansión del 1,6%.
En cualquier caso, la presidenta del BCE ha subrayado que continúa siendo necesario mantener una posición acomodaticia de la política monetaria, que deberá ser complementada con estímulos fiscales específicos, así como mantener la flexibilidad y las opciones abiertas.