MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Banco Central Europeo (BCE) prevé una recuperación más débil de la economía de la eurozona el próximo año como consecuencia del impacto de la segunda ola de la pandemia en la actividad de la zona euro, que registrará una contracción en el cuarto trimestre, aunque ha expresado un mayor optimismo respecto del ritmo de recuperación a partir de 2022.
Las nuevas proyecciones macroeconómicas del BCE contemplan una caída del PIB en 2020 del 7,3%, inferior a la contracción del 8% anticipada en septiembre, aunque para 2021 la entidad pronostica un crecimiento del 3,9%, por debajo del rebote del 5% previsto anteriormente. Sin embargo, de cara a 2022, el BCE prevé un rebote del 4,2% del PIB, frente al anterior 3,2%, mientras que para 2023 espera un crecimiento del 2,1%.
"En general, los riesgos que rodean las perspectivas de crecimiento de la zona del euro siguen inclinados a la baja, pero se han vuelto menos pronunciados", ha indicado la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que ha anunciado una amplia batería de medidas para combatir el impacto de la pandemia y garantizar las condiciones de financiación en el mercado.
En cuanto a la evolución de los precios, el BCE espera que la tasa de inflación de 2020 sea del 0,2%, una décima menos de lo esperado en septiembre, para subir al 1% en 2021 y al 1,1% un año después. En 2023, último año del horizonte de las proyecciones de diciembre del BCE, la tasa de inflación de la zona euro sería del 1,4%, aún lejos del objetivo de estabilidad de la institución.
"En general, nuestras medidas, junto con las adoptadas por los gobiernos nacionales y las instituciones europeas, siguen siendo esenciales para respaldar las condiciones de los préstamos bancarios y el acceso a la financiación, en particular para los más afectados por las ramificaciones de la pandemia", ha señalado Lagarde.