MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La economía española cerrará 2015 con un crecimiento del PIB del 3,1%, que se desacelerará hasta el 2,5% en 2016, según recoge un informe elaborado por Goldman Sachs, que mantiene sin cambios sus anteriores previsiones para España.
De esta manera, el servicio de análisis de la entidad reconoce que sus estimaciones para España son algo inferiores a las del consenso de mercado en octubre, que prevé un crecimiento del 3,2% en 2015 y del 2,7% en 2016.
Asimismo, las previsiones de Goldman Sachs son bastante inferiores a las realizadas por el Gobierno de Mario Rajoy, que calcula que España crecerá en el conjunto de 2015 un 3,3%, mientras que en 2016 el incremento del PIB será del 3%.
En lo que respecta a la economía global, el banco ha rebajado su previsión para 2015 en cuatro décimas, hasta el 3,2%, aunque el próximo ejercicio el PIB mundial repuntará al 3,5% (una décima menos de lo que esperaba hasta ahora) gracias a la estabilización de algunas de las economías de los mercados emergentes.
Entre el resto de regiones, prevé "modestos cambios", incluida una pequeña aceleración del crecimiento económico en Europa y Japón, una pequeña desaceleración en Estados Unidos y un mayor frenazo en China.
En concreto, el PIB de la eurozona aumentará del 1,5% previsto para 2015 al 1,7% en 2016, mientras que el de Japón subirá del 0,6% al 1%. Por el contrario, el de Estados Unidos se frenará desde 2,4% con que cerrará este año hasta el 2,2% el próximo, y el de China bajará del 7% al 6,4%.
Por otro lado, Goldman Sachs apunta que, pese a las repetidas decepciones en el crecimiento del PIB durante los últimos años, el comportamiento del mercado laboral muestra que las economías avanzadas se están recuperando realmente bien de la crisis.
En concreto, remarca que el desempleo en el G-7 ha caído más rápido en los últimos años que en cualquier otro periodo comparable desde al menos los años 70, y todo ello a pesar del aumento de la edad de jubilación en muchos países.
AUMENTO DE LA INFLACIÓN.
Por otra parte, señala que la inflación es probable que repunte pronto hacia niveles más normales, incluso aunque los precios del petróleo sigan bajos. En el caso de España, pasará del -0,6% de 2015 al 0,5% en 2016.
En este sentido, añade que la inflación subyacente seguirá por debajo de los objetivos de los bancos centrales en casi todo el mundo, pero ve probable que aumente de forma gradual a medida que se calme la evolución de los precios de la energía y algunas economías como Estados Unidos y Reino Unido se acerquen al pleno empleo.
Respecto a la política monetaria, espera que la Reserva Federal de Estados Unidos comience su normalización en diciembre y que el Banco de Inglaterra "probablemente no se quede atrás". Por el contrario, el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Japón volverán a aplicar estímulos mientras la inflación y/o el empleo sigan por debajo de su objetivo.
En su opinión, es probable que esta divergencia en la política monetaria se traduzca en una continuada apreciación del dólar, algo que puede ser positivo porque redistribuye la demanda desde Estados Unidos, donde el empleo está cerca de su máximo potencial, a otros países.