LONDRES, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno británico ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento para Reino Unido, que cerrará este año con una expansión del 3% en vez del 2,7% estimado en marzo, según ha indicado el ministro de Finanzas, George Osborne, quien ha presentado un nuevo impuesto que gravará a las empresas que esquiven sus obligaciones fiscales en Gran Bretaña mediante acuerdos con otras jurisdicciones como Irlanda o Luxemburgo.
"Hace un año, esperábamos crecer un 2,4% y en marzo mejoramos nuestra estimación al 2,7%. Hoy se espera que la economía británica crecerá un 3%", declaró Osborne en su intervención ante el Parlamento británico, donde apuntó que en 2015 el PIB crecerá un 2,4%, que se moderará al 2,2% en 2016, para repuntar al 2,4% en 2017 y al 2,3% en los dos años siguientes.
"En el último año hemos crecido dos veces y media más rápido que Alemania, más de tres veces más rapidamente que la eurozona y siete veces más rápido que Francia", presumió el ministro británico de Finanzas.
Asimismo, el responsable del Tesoro de Reino Unido destacó que la tasa de paro en el país, que se encontraba en el 8% cuando el Gobierno de David Cameron asumió el poder, bajará al 5,3% el próximo ejercicio.
Por otro lado, Osborne señaló ante el Parlamento que el Gobierno ha logrado reducir el déficit desde el 10,2% del PIB en el periodo 2009-10 hasta el 5% este año, con el objetivo de reducirlo al 4% en 2015 y al 2,1% un año después.
En cuanto a la deuda, las expectativas del Ejecutivo británico contemplan que la ratio de endeudamiento se situe este año en el 80,4% y suba al 81,1% en 2015, desde donde bajará paulatinamente al 80,7% en 2016 y al 78,8% un año después para alcanzar el 72,8% entre 2019-20.
INTRODUCCIÓN DE UNA 'TASA GOOGLE'.
Por otro lado, el ministro británico de Finanzas ha anunciado la introducción de un nuevo impuesto que gravará en un 25% los beneficios generados por la actividad en territorio británico de las multinacionales que "artificialmente" llevan fuera del país y que popularmente ya se conoce como 'tasa Google'.
Con esta medida, el Gobierno británico pretende poner coto a las prácticas de optimización fiscal llevadas a cabo por empresas como Starbucks, Amazon o Google, que aprovechan complejas estructuras y acuerdos fiscales con otros países como Irlanda o Luxemburgo para reducir su factura fiscal.
De este modo, si las empresas desarrollan su actividad en Reino Unido, pero evitan pagar allí los impuestos correspondientes transfiriéndolos a otra jurisdicción manipulando la legilación internacional, Reino Unido podrá gravar al 25% esos beneficios.
"Mi mensaje es claro. Impuestos bajos, pero impuestos que se paguen", afirmó Osborne, quien espera que la aplicación de esta nueva tasa permitirá elevar la recaudación en 1.000 millones de libras (1.274 millones de euros) en los próximos cinco años.
Asimismo, Osborne anunció que el Gobierno limitará las deducciones fiscales de las que actualmente se benefician los bancos británicos a la hora de compensar sus pérdidas durante la crisis financiera con los beneficios e impuestos de los próximos años.