DAVOS (SUIZA), 28 (EUROPA PRESS)
España es el duodécimo país del mundo con mejor nivel de infraestructuras por delante de Taiwan, Austria, Canadá y Luxemburgo, pero por detrás de EEUU, Corea del Sur y Reino Unido, según el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial.
El informe incluye un ranking de 138 economías basado en 12 pilares que determinan su nivel de competitividad: instituciones, infraestructuras, salud y educación primaria, entorno macroeconómico, educación superior y formación, eficiencia en el mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero, tamaño del mercado, preparación tecnológica, sofisticación de los negocios e innovación.
En su undécima edición, España ha escalado una posición en el ranking global y pasa a ocupar el trigésimo segundo lugar, por detrás de Arabia Saudí, Estonia y República Checa, aunque por delante de Chile, Tailandia y Lituania y continúa con la tendencia iniciada en 2012, cuando ocupaba el puesto 36.
Las tres primeras posiciones del índice de competitividad las ocupan Suiza, Singapur y EEUU, por delante de Holanda, Alemania, que sube cuatro puestos en dos años, Suecia, Reino Unido y Japón.
Entre las principales fortalezas de España destaca lo relativo a las infraestructuras, ya que ocupa la duodécima posición del ranking en este apartado, y en el tamaño de su mercado, donde se sitúa en vigésimo sexto lugar. También obtiene una razonable posición en cuanto a la preparación tecnológica y la sofisticación de los negocios.
"Sin embargo, los principales problemas siguen estando, como en años anteriores, en el entorno macroeconómico, lastrado por los niveles de déficit y deuda pública, la eficiencia del mercado laboral, donde persisten problemas en cuanto a la flexibilidad e incentivos a la contratación, y el mercado financiero, con algunas dificultades en el acceso al crédito", explica la investigadora del International Center for Competitiveness (ICC) del IESE, María Luisa Blázquez.
Así, Blazquez añade que, a pesar de que se han observado "mejoras significativas" respecto a la pasadas ediciones en lo relativo a mercado financiero y laboral, "no es suficiente para situar a España en los niveles de competitividad que le corresponderían".
"También es necesario prestar atención a los ámbitos de instituciones e innovación, en los que España se sitúa por detrás de las principales economías de la OCDE", apostilla la experta del IESE.