Los gobiernos pueden ayudar a los bancos centrales en su lucha contra la inflación con recortes del gasto y subidas de impuestos
MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado dos décimas al alza su previsión de crecimiento para la economía mundial en 2023, cuando el PIB global crecerá un 3%, el mismo ritmo de expansión que mantendrá un año después, en línea con lo anticipado anteriormente, según ha anunciado la institución, que sigue considerando prioritario lograr una desinflación sostenida que garantice la estabilidad financiera.
"La economía mundial va por buen camino, pero aún no está fuera de peligro", ha señalado Pierre Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, destacando la recuperación gradual de la actividad global tras la pandemia y la invasión de Ucrania. "A corto plazo, las señales de progreso son innegables", ha subrayado.
De este modo, si bien el pronóstico para 2023 es levemente más alto de lo previsto en abril, el FMI advierte de que sigue siendo débil desde una perspectiva histórica, señalando que la subida de los tipos de interés de los bancos centrales para combatir la inflación sigue
lastrando la actividad económica.
"Las inquietudes inmediatas sobre el sector bancario se han disipado, pero las altas tasas de interés están filtrándose poco a poco al sistema financiero", advierte la institución.
En su análisis, el FMI señala que la desaceleración del crecimiento proyectada para las economías avanzadas en 2023 sigue siendo
significativa, pasando del 2,7% en 2022 al 1,5% este año, dos décimas más de lo anticipado en abril, y una expansión del 1,4% en 2024.
En el caso de Estados Unidos, el Fondo proyecta un crecimiento del 1,8% en 2023 y que continúe frenándose hasta el 1% en 2024, lo que implica una revisión al alza de dos décimas para 2023 y una rebaja de una décima para el próximo año.
En cuanto a la eurozona, se proyecta un crecimiento del 0,9% en 2023, que se acelerará al 1,5% en 2024, con una mejoría de una décima en ambos años respecto de los pronósticos de abril.
A su vez, el Reino Unido frenará su expansión al 0,4% en 2023,
para repuntar el próximo año al 1%, con una revisión al alza de siete décimas en el pronóstico de 2023, mientras que para Japón se prevé que el crecimiento sea del 1,4% este año, una décima más que en abril, y del 1% el año que viene.
Para las economías emergentes y en desarrollo, el FMI proyecta que el crecimiento será del 4% en 2023 y del 4,1% el próximo año, con una modesta revisión al alza de 0,1 puntos porcentuales para 2023 y una décima a la baja para 2024, aunque con profundas divergencias dentro de este grupo de economías.
Entre las mayores economías emergentes, el FMI mantiene su previsión de crecimiento para China en el 5,2% para 2023 y el 4,5% para 2024, mientras que la India crecerá a un ritmo del 6,1% este año, lo cual supone una revisión al alza de dos décimas, mientras que mantiene en el 6,3% la expansión esperada en 2024.
En el caso de Rusia, el FMI ha revisado ocho décimas al alza su pronóstico de crecimiento del PIB para este año, hasta el 1,5%, mientras que mantiene sin cambios el de 2024, en el 1,3%.
LUCHA CONTRA LA INFLACIÓN.
Según las nuevas previsiones del FMI, la inflación general mundial disminuirá desde una media del 8,7% en 2022 al 6,8% en 2023 y al 5,2% en 2024, como se proyectaba en términos generales en abril, aunque se situará por encima del promedio del 3,5% anterior a la pandemia (2017-19).
Si bien se prevé que la política de endurecimiento monetario acometida por los bancos centrales reduzca gradualmente la inflación, el FMI reconoce que un factor decisivo del proceso de desinflación esperado en 2023 es la disminución de los precios internacionales de las materias primas, por lo que las diferencias en el ritmo de desinflación entre países responden a los diferentes grados de exposición a las
fluctuaciones de los precios de las materias primas y las divisas, así como a diferentes grados de sobrecalentamiento económico.
No obstante, la institución advierte de que la inflación subyacente está descendiendo más gradualmente y prevé que, a escala mundial, disminuirá de una media anual del 6,5% en 2022 al 6% en 2023 y al 4,7% en 2024.
"En líneas generales, se proyecta que en 2023 la inflación se mantenga por encima de la meta en el 96% de las economías que fijan metas de inflación, y en el 89% de esas economías en 2024", apunta el Fondo.
De este modo, para el FMI los bancos centrales en las economías en las que la inflación subyacente es elevada y persistente "deben seguir demostrando claramente su compromiso de reducir la inflación" y recomienda seguir una orientación restrictiva, con tasas reales superiores a la neutral, hasta que se observen indicios claros de que la inflación subyacente está disminuyendo.
APOYO DE LOS GOBIERNOS A LOS BANCOS CENTRALES
No obstante, la institución reconoce la incertidumbre existente, por lo que considera necesario ajustar la política económica en función de los datos y evitar una distensión prematura, antes de que las presiones de los precios se hayan moderado debidamente.
"Si bien los principales responsables de restaurar la estabilidad de los precios son los bancos centrales, los recortes del gasto público y las subidas de impuestos por medio de leyes para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública pueden reducir más la inflación, al moderar la demanda agregada y al apuntalar la credibilidad general de las estrategias de desinflación", añade.