MADRID 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Brasil ha elevado en una décima su proyección de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país para este año, hasta llevar la cifra al 3,3%, frente al 3,2% que calculaba el pasado septiembre en su Boletín Macrofiscal.
El ligero aumento en la expectativa de expansión del PIB en el tercer trimestre (que se espera que crezca un 0,7%, una décima más) llevó a esta revisión anual al alza. Para los dos últimos trimestres del año se proyecta un crecimiento de la actividad, aunque a un ritmo menor al observado en el primer semestre de 2024.
Por sectores, apenas se han dado cambios. Así, la proyección para el sector primario ha pasado del -1,9% al -1,7%, y la de industria se ha mantenido en el 3,5%. En el caso del sector servicios, se espera una expansión del 3,4% (frente al 3,3% calculado en septiembre).
La proyección de crecimiento para 2025 se mantuvo en el 2,5%. A pesar del aumento esperado de los tipos de interés en los próximos meses, las expectativas para la cosecha de granos y la producción extractiva en 2025 han mejorado significativamente, compensando el efecto negativo de una política monetaria más estricta.
Se espera que el sector agrícola vuelva a crecer en 2025, mitigando parcialmente la desaceleración esperada en la industria y los servicios. Para el PIB agrícola se proyecta un crecimiento del 6%.
En el caso del sector industrial, la expectativa es que el crecimiento se desacelere al 2,5% en 2025, y en el sector servicios se llegaría al 2,1%.
Hasta 2028, se espera que el crecimiento se mantenga cercano al 2,5%. La estimación es conservadora y podría cambiar dependiendo de las ganancias en productividad y eficiencia asignativa que surjan del Plan de Transformación Ecológica y la reforma tributaria.
El aumento de la producción y exportación de petróleo y las energías renovables también pueden contribuir a aumentar el potencial de crecimiento de Brasil durante los próximos años.
SUBE LA INFLACIÓN
Por su parte, la previsión de inflación del Gobierno ha aumentado del 4,25% al 4,4% en 2024. Hasta finales de año, debería haber una desaceleración en los precios monitoreados, reflejando principalmente los cambios esperados en las tarifas eléctricas.
A partir de noviembre se espera que la inflación interanual vuelva a caer. Este escenario puede verse afectada por la ocurrencia de nuevos eventos climáticos. La aceleración de los precios de la carne vacuna y la influencia de este avance en inflación de otras proteínas animales también son factores de riesgo para la proyección de inflación de 2024 y del próximo año.
Por otro lado, cabe destacar tanto las perspectivas positivas para la cosecha de 2025 como el aumento en la probabilidad de ocurrencia de La Niña de baja intensidad y duración, factores que puede ayudar a reducir la inflación de alimentos y energía en los próximos meses.
Se espera que el proceso de desinflación continúe en los próximos años, con una desaceleración de los precios. Para 2025, el Gobierno ha revisado la previsión de inflación de 3,4% a 3,6% para incorporar mayores efectos inerciales.