Recuerda que el escenario base del BCE prevé crecimiento este año y el siguiente, aunque en el peor escenario habría recesión en 2023
MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
La subida de los precios en la zona euro no dará tregua este verano, ya que se espera que la tasa de inflación se mantenga en niveles similares a los actuales, 8,1% en mayo, y solo comience a relajarse tras los meses estivales, para concluir 2022 en torno al 6%, según ha indicado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos.
Durante su intervención en el curso de verano organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Guindos ha recordado también que las previsiones macroeconómicas del BCE, publicadas la semana pasada, contemplan en su escenario base un crecimiento superior al 2% los próximos años, mientras que en el adverso se prevé una contracción del PIB del 1,7% en 2023.
En cuanto a la inflación, el vicepresidente del BCE anticipa que las subidas de precios "se mantendrán en los niveles actuales los próximos meses" y solo después del verano "comenzarán a relajarse" con la perspectiva de cerrar el año "en torno al 6%", aunque advirtió de que los riesgos "son al alza".
En este sentido, el economista español apuntó que, si bien las expectativas de inflación están relativamente bien ancladas, muy próximas al 2% a medio plazo, existe un segundo elemento que son los factores de segunda ronda que pueden ampliar y extender la inflación, provocando una respuesta de política monetaria diferente.
De este modo, si bien existe incertidumbre sobre la evolución de los precios de la energía, pues están influidos por factores que fuera de control, Guindos ha calificado como "difícil" que el incremento tan fuerte como el observado hasta hora pueda repetirse, por lo que el efecto base llevaría a una desaceleración de la inflación.
"Si nos encontramos con efectos de segunda ronda, esto llevará a que la inflación sea más extensa y afecte a más componentes del IPC y a que la respuesta de la política monetaria sea diferente", advirtió.
Así, tal como anunció el BCE la semana pasada, el Consejo de Gobierno de la entidad tiene previsto subir los tipos de interés en 25 puntos básicos en la reunión de julio, así como acometer otra subida en septiembre, cuya intensidad puede ser mayor en el caso de que las previsiones de inflación se mantengan o empeoren.
Por otro lado, el vicepresidente del BCE ha indicado que, a pesar de que en el corto plazo el alza de la inflación es positivo para los bancos, a más largo plazo esto también supone el riesgo de una desaceleración económica y de más dificultades para los clientes a la hora de cumplir con sus obligaciones, aumentando la mora, por lo que ha recomendado prudencia a las entidades.