MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
La política fiscal debe ser la primera línea de defensa contra el impacto de la pandemia, lo que provocará un aumento sustancial, pero ineludible del déficit y la deuda, por lo que el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha instado a que este incremento del gasto público se centre en medidas para combatir la crisis y salvar el tejido empresarial, en vez de en otros asuntos que debiliten de forma estructural la posición fiscal.
Guindos, durante su intervención telemática en un acto del Círculo de Empresarios, ha eludido pronunciarse sobre los Presupuestos del Gobierno español, pero ha subrayado con carácter general la importancia de que la política fiscal esté centrada en la pandemia.
"El incremento del gasto se tiene que producir como consecuencia de medidas extraordinarias derivadas de los ERTE europeos, de los avales, gasto sanitario y de educación...lo que no sería adecuado es que se aumentasen partidas de gasto no vinculadas que llevasen a un aumento del déficit estructural", ha defendido.
"La que tiene que hacer la valoración de los planes presupuestarios es la Comisión Europea y nosotros ahí no entramos", ha explicado el vicepresidente del BCE , quien ha recordado que la actuación del banco central ayuda a la ejecución de las políticas fiscales. "Pero tiene que ayudar a la ejecución de la política fiscal correcta y centrada en la pandemia", ha añadido.
Por otro lado, coincidiendo con la publicación de la primera estimación del dato de crecimiento del PIB de la zona euro en el tercer trimestre, que registró una expansión del 12,7%, Guindos ha celebrado que se trata de una evolución mucho mejor de lo esperado por el banco central, aunque ha recordado que en términos interanuales la economía aún está por debajo del nivel de hace un año.
Asimismo, el economista ha advertido de que desde el pasado mes de agosto los indicadores adelantados ponen de manifiesto cierta moderación del crecimiento, fundamentalmente en el sector servicios, y todo hace apuntar a que el crecimiento en el cuarto trimestre de 2020 será inferior al 3% manejado en las proyecciones del BCE.
"No sería una locura que fuéramos a crecimientos cero o incluso negativos y eso indica que la inercia de entrada para 2021 será inferior a la proyectada", ha apuntado.