La región podría volver a entrar en una etapa de escaso crecimiento como en 2014-2019
MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
La inseguridad alimentaria en Latinoamérica y el Caribe podría afectar a cerca de 8 millones de personas más como consecuencia de un aumento de dos puntos en la inflación, según un informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) este lunes.
El documento, que analiza los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania en la región, apunta que la proyección de crecimiento de Latinoamérica y el Caribe se ha rebajado en 0,3 puntos porcentuales desde enero, hasta un 1,8% para este año. De cara a 2023 y 2024, la Cepal estima un escenario de crecimiento a la baja, aunque no ha precisado una proyección.
De este modo, la región volvería a una senda de bajo crecimiento similar a la observada en el periodo 2014-2019, cuando el crecimiento interanual promedio del Producto Interior Bruto (PIB) fue del 0,3%.
Sumado a este periodo de bajo crecimiento, una caída del 6,8% en 2020 y un rebote del 6,3% en 2021, la región enfrenta en la actualidad un contexto de desaceleración económica con evoluciones heterogéneas, alta inflación y una recuperación incompleta del mercado laboral que, en conjunto, podría implicar que 7,8 millones de personas se sumen a los 86,4 millones de personas cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo.
Según ha explicado el secretario ejecutivo interino de Cepal, Mario Cimoli, todos estos problemas no provienen del episodio aislado de la guerra en Ucrania, sino que supone un efecto combinado causado por más de una década de crisis acumuladas, que van desde la crisis financiera de 2008, las tensiones económicas entre Estados Unidos y China, la pandemia y ahora el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Esta concatenación de eventos no solo ha afectado al crecimiento económico, sino que ha sido similar en la inflación, de manera que durante los últimos diez años los aumentos de precios han dibujado una curva ascendente. Así, mientras que a cierre de 2021 la inflación anual de la región alcanzó un 6,6%, la tasa promedio ha aumentado hasta un 8,1% en abril de 2022 en un escenario de proyecciones con altas presiones inflacionistas en lo que resta del año.
Teniendo en cuenta los efectos del lento crecimiento y la aceleración de la inflación, la Cepal prevé que la pobreza y la pobreza extrema se elevarán por sobre los niveles estimados para 2021. La incidencia de la pobreza regional alcanzaría un 33,7% (1,6 puntos porcentuales más que el valor proyectado para 2021), mientras que la pobreza extrema alcanzaría un 14,9% (1,1 puntos porcentuales más que en 2021).
Otro de los retos económicos de Latinoamérica y el Caribe pasa por el empleo, cuya recuperación es más lenta que la del PIB. La Cepal advierte que en 2022, el aumento de la participación y la lenta creación de empleos llevaría a una mayor tasa de desempleo, una dinámica que afectaría especialmente a las mujeres y sus ingresos.
En concreto, las mujeres no han recuperado las tasas de participación laboral previas a la crisis y sufren mayores tasas de desempleo de que los hombres. Asimismo, la inflación afecta en mayor medida a las mujeres, ya que además de tener unos menores ingresos, estas destinan una mayor proporción al consumo cotidiano familiar, una situación que se agrava especialmente en hogares monomarentales.
Por el lado de la balanza comercial, Cepal apunta que los mayores precios de las materias primas, el aumento de los costes de transporte y las perturbaciones en las cadenas internacionales de suministro impactarán en las exportaciones de bienes en la región.
Así, si a finales de 2021 se proyectaba un crecimiento del 10 del valor de las exportaciones regionales de bienes y del 9% del valor de las importaciones, el alza de los precios de varios de los principales productos que la región comercializa eleva la proyección para 2022 a una expansión del 23% tanto de las exportaciones como de las importaciones.
PROTECCIÓN A LOS SECTORES VULNERABLES E IMPULSO DE POLÍTICAS INDUSTRIALES
En cuanto a las soluciones, Cimoli apuesta por sostener el bienestar de los sectores más pobres en lo inmediato. En este sentido, la seguridad alimentaria debe ser una prioridad, por lo que no se debe restringir el comercio internacional de alimentos y fertilizantes, para evitar un incremento de la inflación y dañar a los sectores más vulnerables.
En el medio plazo, el organismo de Naciones Unidas indica que son necesarias políticas agrícolas e industriales que fortalezcan el apoyo a la producción agropecuaria, así como aumentar la eficiencia en el uso de fertilizantes.
Adicionalmente, Cimoli ha remarcado la falta de integración comercial entre los países de América Latina y el Caribe, un hecho que, de impulsarse, podría ayudar a proteger a la región ante eventos externos.