MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El proceso de moderación de la subida de los precios en la eurozona continuará a lo largo del año, después de que la tasa de inflación en enero se haya situado en el 2,8%, una décima menos que al cierre de 2023, pero el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) debe tener confianza en que desembocará de manera sostenible en el objetivo del 2%, según ha señalado la presidenta de la entidad, Christine Lagarde.
En un discurso pronunciado ante el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, la francesa ha señalado el estancamiento de la zona euro en el último trimestre de 2023, añadiendo que, si bien los datos entrantes siguen indicando una actividad moderada en el corto plazo, algunos indicadores apuntan a una recuperación durante el próximo año.
En cuanto a la evolución de los precios, Lagarde ha destacado que la inflación subyacente está disminuyendo gradualmente, aunque el componente de servicios ofrece signos de persistencia, mientras que el crecimiento de los salarios sigue siendo fuerte y se espera que sea un impulsor cada vez más importante de la dinámica de la inflación en los próximos trimestres.
En este sentido, ha recordado que el rastreador salarial prospectivo del BCE sigue señalando fuertes presiones salariales, aunque los acuerdos alcanzados indican cierta estabilización en el último trimestre de 2023, por lo que las presiones salariales para 2024 dependen particularmente del resultado de las rondas de negociación en curso.
"En general, los datos más recientes confirman el proceso de desinflación en curso y se espera que nos lleven gradualmente hacia abajo a lo largo de 2024", ha indicado la presidenta del BCE.
"No queremos correr el riesgo de que se revierta, lo que sería un desperdicio de todo lo que hemos hecho y nos llevaría a tener que tomar aún más medidas", ha defendido Lagarde en su intervención.
"Entonces necesitamos tener más confianza. Y esa confianza será el resultado de los datos que seguiremos recibiendo, recopilando y analizando para asegurarnos realmente de que vamos en esa dirección", ha apostillado.
SECTOR BANCARIO.
Por otro lado, la presidenta del BCE ha asegurado que el bloque se encuentra hoy "mucho, mucho mejor preparados" de cara a una eventual crisis, porque el sistema bancario es más fuerte, está mejor estructurado, mejor capitalizado, tiene más liquidez, más instrumentos que miden esos niveles y está mejor supervisado.
En este sentido, Lagarde ha recordado que el sector bancario de la eurozona superó la prueba de choque que supuso la primavera pasada la crisis de la banca regional de Estados Unidos, con los cierres de entidades como Silicon Valley, Signature o First Republic, además de la caída de Credit Suisse en Europa.
De este episodio, la francesa considera que se puede destacar la labor del supervisor europeo, el MUS, que había alertado con tiempo a las entidades europeas sobre el riesgo de tipos de interés ligado al cambo de sentido en la política monetaria.
"Creo que a veces está de moda criticar o cuestionar la supervisión única implementada. Pero creo que vimos el 23 de marzo que tener una supervisión única, que todos los bancos europeos estuvieran cubiertos por los requisitos de Basilea III y supervisados adecuadamente, creo que eso fue una verdadera ventaja", ha defendido.
De este modo, para Lagarde el MUS ha cumplido la misión encomendada y el sistema bancario europeo está mejor preparado y más fuerte, aunque ha lamentado que la posición de cara a futuras crisis "sería mucho mejor si se completara la unión bancaria", además de unión del mercado de capitales, "de la que todo el mundo habla y alardea, pero no pasa nada", que para la francesa representan "los dos grandes elefantes en la sala".