MADRID 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha subrayado este jueves en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad la dependencia de los datos de las futuras decisiones de la institución, que no volverá a reunirse para discutir la política monetaria de la eurozona hasta el mes de septiembre.
En su reunión de este jueves, tal como anticipaba el consenso del mercado, el Consejo de Gobierno del BCE decidió mantener sin cambios los tipos de interés, de forma que la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación continuará en el 4,25%, la tasa de depósito en el 3,75% y la de la facilidad de préstamo en el 4,50%.
En este sentido, la institución ha subrayado que la información más reciente respalda, en líneas generales, la anterior valoración del Consejo sobre las perspectivas de inflación a medio plazo puesto que, si bien algunos indicadores de la inflación subyacente aumentaron en mayo debido a factores transitorios, la mayor parte se han mantenido estables o han descendido en junio.
Asimismo, en línea con lo esperado, el BCE ha destacado que el impacto inflacionista del elevado crecimiento de los salarios se ha visto absorbido por los beneficios.
En cualquier caso, la entidad ha advertido de que "la política monetaria mantiene unas condiciones de financiación restrictivas".
En su comparecencia ante los medios, Lagarde ha señalado la necesidad de observar y analizar "todos los componentes de los datos, todas las mediciones, todos los indicadores que aparecerán en las próximas semanas y meses" con vistas a confirmar o reforzar la confianza de la institución en que está en el camino desinflacionario y que sigue por buen camino.
"Me referí específicamente a la dependencia de los datos, algo que hoy fue respaldado unánimemente por el Consejo de Gobierno, pero también dejé muy claro que esta dependencia de los datos no significa dependencia de datos puntuales", ha precisado.
En cuanto al análisis económico, la francesa ha indicado que la información entrante indica que la actividad de la zona del euro creció en el segundo trimestre, pero probablemente lo hizo a un ritmo más lento que en los tres primeros meses de 2024, mientras que la tasa de paro se mantiene en mínimos históricos, aunque las empresas están reduciendo gradualmente sus ofertas de empleo.
De este modo, ha advertido de que los riesgos para el crecimiento económico "se inclinan a la baja" dada la debilidad de la economía mundial y el riesgo de una escalada de las tensiones comerciales entre las principales economías, lo que afectaría al crecimiento de la zona del euro, además de la guerra en Ucrania y la situación en Oriente Próximo y el mar Rojo.
Al mismo tiempo, la presidenta del BCE ha defendido que los últimos indicadores de las encuestas apuntan a que el crecimiento salarial se moderará a lo largo del próximo año, aunque ha admitido que la inflación podría resultar más alta de lo previsto si los salarios o las ganancias aumentan más de lo esperado.
Asimismo, ha advertido de los riesgos al alza para la inflación derivados del aumento de las tensiones geopolíticas que podrían desembocar en subidas de los precios de la energía en el corto plazo y perturbar el comercio mundial.