MADRID, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
La actividad manufacturera de Estados Unidos se contrajo en agosto al situarse en los 47,9 puntos desde los 49 anteriores, según el índice de gerentes de compras (PMI) manufacturero elaborado por S&P Global.
La agencia ha explicado que el dato profundiza en terreno negativo por la debilidad en la demanda, que ha hecho caer tanto el número de nuevos pedidos registrados como la producción por la incertidumbre económica, lo que ha obligado a las empresas a 'tirar' de encargos pendientes y ya completados.
S&P recuerda que la demanda se ha retraído 13 veces en los últimos 15 meses, y que los encargos han caído a la segunda velocidad más elevada en seis. Por otra parte, la demanda externa ha seguido recortándose por decimoquinto mes consecutivo.
Además, también se redujo "súbitamente" la adquisición de insumos para la fabricación, al igual que las expectativas futuras de producción, que se encuentran en su nivel más bajo de 2023.
Como nota positiva, la menor compra de materiales ha contribuido a contener los costes, que se encarecieron en mayor medida que en julio, pero aún "modestamente". Igualmente, se ha podido observar un alivio de las cadenas de suministro. Del lado del mercado laboral, se anotó una mejora del empleo en el sector, pero esta subida ha sido la menor desde enero.
"Los pedidos están claramente cayendo con mayor velocidad que el recorte en la producciónf de las fábricas, lo que indica que las empresas necesitarán seguir reduciendo los volúmenes de producción", ha explicado el economista jefe en S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson.
Por su parte, Williamson ha señalado que políticas como la 'CHIPS and Science Act', enfocada en la industria de los semiconductores, así como la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), que persigue incentivar iniciativas industriales verdes, contribuirá a revitalizar el sector manufacturero en el medio plazo. Sin embargo, en cuanto al futuro inmediato, existe una "creciente sensación de pesimismo".