La directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac (México) define ésta como "la manera en que los negocios hacen negocios"
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
La directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac y coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios de la Universidad del mismo nombre, en México, Laura Iturbide, apuesta por la estrategias de fomento de la relación entre las grandes empresas y las pymes, y el acercamiento entre ambas para formar "pymes responsables y altamente competitivas", algo a lo que también tienen que contribuir el Gobierno.
En un artículo como 'Columnista Invitada' del Boletín del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial (IARSE), esta experta señala que, precisamente el Gobierno, "debe fomentar la relación y el acercamiento entre ambos tipos de empresas, generando un ambiente de negocios de entendimiento y ayuda mutua", quedando claro que la RSE, "no es, solamente, un asunto u obligación exclusiva del Gobierno".
La gran empresa, por su parte, "puede reforzar la implantación de esquemas de RSE por parte de las pymes, apoyando su participación en la cadena de valor, involucrándolas en la inversión social, proveyéndoles de financiación desde la inversión inicial hasta el capital riesgo y, en general, compartiendo el 'know how' y las habilidades requeridas para adoptar las mejores prácticas en los negocios".
Según Iturbide, "sería muy engañoso pensar que sólo las empresas grandes, porque son las que tienen los recursos, o las multinacionales porque encuentran en los Códigos de Conducta el mecanismo para estandarizar sus principios de RSE globalmente hacia sus filiales, sean las únicas capaces de incorporar estos temas dentro de sus planes estratégicos".
"Es sorprendente el número de casos exitosos de pequeñas y medianas empresas que operan bajo cánones de responsabilidad social y es precisamente por sus limitaciones tecnológicas, financieras y de recursos donde mayor innovación y creatividad se puede encontrar en este campo", explica.
Como ventajas, las pymes poseen una serie de atributos como una mayor adaptabilidad, superior capacidad innovadora, conocimiento de la comunidad o confianza del público local.
Pese a ello, también se enfrentan a obstáculos: no perciben fácilmente los beneficios de negocio que conlleva la adopción de prácticas de RSE, pueden darse conflictos de interés sobre la asignación del tiempo y otros recursos escasos, la fuerte presión en la entrega de resultados inmediatos, indecisión o lentitud en la búsqueda de consultoría externa --generalmente, muy cara para ellas-- así como la brecha del aprendizaje sobre RSE.
UN TEMA ANTIGUO
La RSE, un tema que esta experta considera que "no es nuevo", podría definirse, en su opinión, como "la manera en que los negocios hacen negocios", o lo que es lo mismo, "el modo en el que las empresas utilizan sus recursos, se interrelacionan con el mercado, informan a terceros, se relacionan con su comunidad y se ligan al Medio Ambiente".
Así, una empresa comprometida con la sociedad y que se considera socialmente responsables, cumple "como mínimo" con la normatividad y los deberes legales, considera a sus empleados su capital más valioso, conserva el Medio Ambiente, compite con lealtad y está sensibilizada con la problemática social de su comunidad, explica.
La RSE, a fin de cuentas, matiza, "es una fuente de ventaja competitiva en el corto plazo y permanencia para la organización en el largo plazo; es de hecho un conjunto integral de políticas, prácticas y programas".
A su juicio, y si la gran empresa, en su búsqueda de la calidad, productividad y rentabilidad, quiere proveedores, distribuidores, vendedores, subcontratistas, etc, más responsables, "no basta con trasladarles códigos de conducta únicamente con el objetivo de que en todos los niveles de su cadena de producción y en cualquier país se mantengan estándares éticos adecuados".
"Mucho más allá de estas prácticas de buena conducta habría incluso que caminar hacia una uniformidad de criterios éticos, por industria", agrega. Internacionalmente, y hasta ahora, hay esfuerzos aislados en materia laboral, --SA8000, indicadores de la OIT en materia de trabajo infantil, etc-- "pero aún falta mucho camino por recorrer".
Precisamente, la gran empresa puede, a través de una estrategia colaborativa junto a otras empresas, incorporar a los eslabones más débiles de su cadena de valor, como las pymes, en la implantación de esquemas de RSE, pero "esto conlleva todo un proceso de sensibilización, capacitación e implantación de un modelo de gestión y dirección, que ayude efectivamente a que las acciones de RSE se traduzcan en el desarrollo de ventajas competitivas", concluye.