MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El 56% de los ejecutivos de la industria de la moda espera que las condiciones empeoren en 2023 y una desaceleración del sector en un contexto marcado por la guerra en Ucrania, el aumento de la inflación y las presiones de la cadena de suministro, según revela una nueva edición de The State of Fashion 2023 presentada por The Business of Fashion y McKinsey & Company.
En concreto, el 85% de los ejecutivos de la moda prevé que la inflación será un desafío el próximo año, y el 58% cree que la crisis energética seguirá debilitando el mercado.
Aunque el informe prevé una desaceleración general del sector, el texto apunta que existen algunas oportunidades.
En este sentido, las conclusiones del informe revelan que se espera que las ventas de moda de lujo crezcan globalmente entre un 5% y un 10% en 2023, frente a un 2% negativo y un 3% positivo para el resto de la industria.
Asimismo, el 39% de los ejecutivos de moda espera que las ventas de ropa para ocasiones especiales estén entre las tres principales categorías de crecimiento en 2023. Según el informe, el "incierto" panorama económico implica que las compañías de moda reevaluarán las áreas en las que operan, pudiendo dejar de dar prioridad a ciertos países o regiones, mientras giran hacia otras que ofrecen un mayor potencial.
En particular, se prevé que la economía de China, considerada durante mucho tiempo como un motor de crecimiento de la industria, se desacelere, con un aumento del PIB del 3,2% en 2023, frente al 8,1% en 2021.
Esto debido, en parte, a las continuas restricciones relacionadas con el coronavirus, lo que lleva a algunos ejecutivos de la moda a buscar oportunidades en otros lugares, al menos a corto plazo.
A la hora de identificar mercados con perspectivas de crecimiento iguales o más prometedoras en 2023 que el año anterior, el 88% de los ejecutivos citan a Oriente Medio.
Además, se espera que el 50% de los ejecutivos de la industria de la moda aumenten la presencia de sus compañías en Norteamérica el próximo año.