Se queda a un paso de su objetivo de superar los 1.000 millones de euros de beneficio
MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
ACS logró sortear el 'efecto Cimic' en sus cuentas de 2019, al registrar un beneficio de 962 millones de euros, un 5,1% más que el año anterior, gracias a que el impacto negativo ocasionado por esta filial australiana se amortiguó con la venta de sus plantas fotovoltaicas, la contribución de Abertis y la activación de provisiones.
La compañía que preside Florentino Pérez se quedó no obstante a un paso de cumplir con el objetivo que se había marcado para 2019, el de superar la cota de los 1.000 millones de euros de beneficio.
Las cuentas de ACS finalmente incluyen un ajuste negativo 420 millones derivado del 'agujero' de unos 1.100 millones de euros que ha ocasionado a Cimic, su filial australiana, la venta de su negocio en Oriente Medio.
El grupo español se anota la parte de este ajuste correspondiente a su participación indirecta en Cimic. Esta firma está controlada al 72,8% por Hochtief, constructora alemana de la que, a su vez, ACS ostenta el 50,5% del capital.
No obstante, en contra de lo ocurrido con Cimic y Hochtief, que concluyeron el año en 'números rojos', ACS ha logrado no sólo evitarlos, sino elevar su beneficio. Sólo su división de construcción concluye el año con pérdidas, de 62 millones.
El grupo español ha conseguido esquivar el impacto al anotar en sus cuentas de 2019 una ganancia de 250 millones derivada de la venta de su cartera de activos y proyectos fotovoltaicos en España, el grueso de las plusvalías totales de 330 millones que espera de la operación.
Asimismo, sus resultados incluyen 245 millones de euros por la contribución de un año completo de la participación del 30% que tiene en la compañía de autopistas Abertis. Además, ha "activado provisiones ligadas a riesgos internacionales" por 170 millones de euros.
ACS también atribuye sus resultados a la "buena evolución de todas sus áreas de actividad" y al "sólido crecimiento" del beneficio recurrente, esto es, el que no registra los impactos extraordinarios.
SÓLIDO CRECIMIENTO DEL NEGOCIO.
Así, la compañía obtuvo un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 3.148 millones de euros, un 7% más, tras elevar en un 6,5% su la cifra de negocio, que concluyó el año en 39.049 millones. El margen Ebitda se situó en el 8,1%.
Estados Unidos se mantiene como primer mercado de la compañía por ingresos, dado que aportó el 43,4% del total, por delante de Australia (18%). España supone el 13,9% de su negocio, pese a que crece un 4%.
Por divisiones, la de infraestructuras, que integra el negocio de construcción y concesiones, facturó 30.955 millones, un 7,5% más, y cerró el año con una cartera de proyectos por valor de 64.969 millones.
La rama de servicios industriales aportó 6.530 millones (+2,3%), por la "aceleración del negocio de renovables, principalmente en España", y presenta una cartera de 9.924 millones. Por su parte, la actividad de servicios contribuyó con otros 1.579 millones (+5%) y tiene contratos por 2.863 millones.
DISPARA LA INVERSIÓN EN RENOVABLES.
En el capítulo inversor, durante al pasado año, ACS continuó impulsando su inversión en construcción de instalaciones de energías renovables.
La compañía disparó un 40,4% la inversión destinada a construcción de este tipo de instalaciones, que sumó 674 millones de euros, más de la mitad (el 53%) de la inversión total de 1.254 millones del grupo.
A pesar de ello, la deuda neta del grupo sigue siendo, por tercer año consecutivo, "prácticamente inexistente". En concreto, se situó en 54 millones, importe equivalente al 0,02% de su Ebitda.
De esta forma, ACS reiteró su disposición a mantener el pago de dividendo, con un 'pay out' que también continúa establecido en un 65%.