MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
El aislamiento térmico ha estado presente desde los primeros compases de la humanidad. Mejorar la calidad de vida gracias a la eficiencia energética ya era una prioridad en las primeras construcciones o incluso antes, cuando el ser humano tenía un modo de vida nómada, ya era habitual buscar cuevas y construcciones naturales que protegiesen lo máximo posible y que estuvieran al abrigo del frío. Más tarde, con la llegada del fuego, podemos considerar que se inventa o se toma el control del primer sistema de calefacción o aislamiento térmico activo.
¿Qué es el aislamiento térmico?
Según Diaterm, el funcionamiento del aislamiento térmico es muy simple; básicamente se trata de protegerse del frío o del calor, y para ello consideraremos dos acciones:
Evitar la inserción de frío o calor desde el exterior.
Evitar la emisión de frío o calor del interior hacia el exterior.
Para mejorar la eficiencia energética de una vivienda, contamos con un gran abanico de soluciones que podemos emplear en las construcciones. El aislamiento térmico ha pasado de ser casi un desconocido a ser un requisito obligatorio gracias al código técnico de la construcción.
Para entender este dato no hay más que echar un vistazo al recuerdo que cada uno tenga sobre una vivienda ligeramente antigua. Un ejemplo muy habitual podría ser cualquier vivienda construida en los años 50, 60 o 70 y sus sensaciones comparada con una vivienda construida recientemente. Seguramente encontremos una diferencia abismal en las sensaciones que nos produce una y otra y es que las casas construidas durante la época del desarrollismo se hacían sin tener en cuenta el aislamiento y mucho menos su eficiencia térmica. Esto puede resultar paradójico ya que, en muchas ocasiones las casas construidas de piedra, madera y paja durante los siglos anteriores, podían llegar a ser más eficientes que muchos de los pisos construidos durante el periodo de la postguerra y la transición.
A estas alturas todos tenemos una idea general de qué es el aislamiento térmico, pero, ¿cómo funciona? ¿cómo se produce? ¿qué factores intervienen? ¿cuál es la física de todo esto?
La respuesta es muy sencilla, la propiedad que mide la capacidad aislante de un material es la conductividad térmica y se mide numéricamente con un coeficiente.
La conductividad térmica es una propiedad física de los materiales que mide la capacidad de conducción de calor o dicho de otra forma, su capacidad para transferir energía térmica de un lado a otro. De modo que un material con baja conductividad térmica será siempre un mejor aislante, debido a su "poca capacidad" de que el calor se transfiera a través de él.
Imaginemos un edificio en invierno, si tenemos en las paredes un aislante con baja conductividad térmica, permitirá que el calor de dentro lo tenga difícil para escapar hacia el exterior, de igual manera que también opondrá muy buena resistencia al frío del exterior para penetrar dentro.
Qué es la eficiencia energética
Consideramos la eficiencia como la capacidad para realizar o cumplir adecuadamente una función. Es decir, un edificio será más eficiente energéticamente cuanta menos energía consuma o dicho de otra manera, cuando haya un mayor equilibrio entre energía consumida y la energía disipada o perdida.
Si anteriormente hablábamos acerca de la importancia del aislamiento térmico, si nos centramos en la eficiencia deberíamos considerar también la capacidad de producción del edificio, y es aquí cuando entramos en un amplio abanico de soluciones que se pueden implementar ya sea a nivel individual o en pequeñas colectividades.
La energía solar o fotovoltaica es sin duda la manera más común y que primero nos viene a la cabeza si hablamos de producción energética en nuestros hogares.
Es la más común y sobre la que más cultura tenemos, pero, ¿sabías que existen otras maneras de autoabastecerse de diferentes tipos de energía en casa?
Echemos un vistazo a los más comunes:
Energía solar térmica: Cuando pensamos en este ejemplo nos viene rápidamente a la cabeza el típico ejemplo de cocinar un huevo frito sobre el ardiente capot de un coche negro en verano. La energía solar térmica consistiría precisamente en esto, transformar la energía del sol en energía térmica. Este tipo de autoproducción energética ACS (agua caliente sanitaria) trabaja mediante el uso de un colector que recibe la luz solar. Esta energía viaja a través de un intercambiador para comunicarse y calentar el agua de un depósito debidamente aislado, que de esta manera se calentará para abastecer agua caliente al hogar.
Biomasa: Aunque no se trata en sí de una autoproducción de energía, sí que podemos decir que es un tipo de energía alternativa cada vez con más presencia en las viviendas. Esta fuente de energía se utiliza como combustible en ciertos tipos de estufa. La biomasa es materia prensada y compactada que procede de desechos orgánicos y sin apenas uso de agente externos o contaminantes. Proporciona a la vez un alto poder calorífico.
Energía eólica: Si pensamos en energía eólica imaginamos rápidamente mega construcciones en zonas montañosas visibles desde la carretera pero lo cierto es que la energía eólica también existe a pequeña escala como fuente de autoproducción para las viviendas. Este tipo de energía se obtiene mediante el movimiento de aspas o molinillos, que son movidos por el viento y que al girar mueven un colector con imagen que transforma este movimiento en energía eléctrica para consumir o almacenar mediante el uso de baterías.
Aerotermia: Consiste en el aprovechamiento de la energía procedente del aire. Este sistema funciona mediante el uso de una bomba de calor por fuera de la vivienda que extrae la energía contenida en el aire exterior. Esta energía calienta o enfría el agua del acumulador para, posteriormente, utilizarla para calentar el agua sanitaria y los sistemas de climatización de la vivienda.
Consejos para mejorar la eficiencia energética de nuestra vivienda
Desde el año 2021, los requisitos en cuanto a aislamiento térmico y eficiencia energética son un requisito recogido detalladamente por el Código Técnico de la Edificación (CTE), es decir el complejo de normas por el que se rigen las edificaciones.
Es por ello que todos los edificios construidos en la actualidad ya gozan de unas características muy superiores incluso a las que podríamos tener en una vivienda antigua con "mejoras" implementadas. Entrando al detalle, el CTE exige ahora espesores de aislamiento mucho mayores, incluso prohibiendo la colocación de aislantes más finos por debajo de los 30 milímetros y que sí permitía años atrás.
Otro factor relevante es el de los puentes térmicos, donde se pone especial énfasis actualmente, cuando apenas se tenía presente hasta ahora.
Si miramos hacia el futuro y pensamos en la autosuficiencia cada vez encontramos mayores y mejores soluciones que nos hacen imaginar con ser capaces de producir prácticamente cualquier tipo de energía en nuestros hogares.
Tal vez uno de los conceptos más futuristas hasta ahora es el caso de la productora de biogás a través de los excrementos de animales de granja o con los restos vegetales de la agricultura que ya existe en algunos países. Pero que aún debe encontrar la manera de abrir su camino en cuanto a normativas y otros aspectos técnicos en muchos países como el nuestro.