Cifra en 93 millones el impacto del Covid-19
MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Alsa obtuvo unas pérdidas de 105 millones de euros en 2020, frente a los 107 millones de euros que ganó un año atrás, como consecuencia del impacto que las restricciones a la movilidad han tenido en sus operaciones, que provocaron un desplome del 62% del número de viajeros en las rutas de largo recorrido en España.
De hecho, estos servicios se redujeron a la simbólica cifra del 5% durante los meses de confinamiento estricto, recuperando parte del terreno perdido en verano y volviéndolo a perderlo cuando se reintrodujeron las restricciones a partir de octubre, según informa National Express, compañía británica propietaria de la empresa española de transportes.
En su conjunto, el tráfico de pasajeros en los autobuses de Alsa se redujo un 44% en 2020, lo que provocó una caída menor de sus ingresos, del 33%, hasta 629 millones de euros, gracias a que el 40% de su facturación está protegida en el 60% de sus rutas regionales y el 100% de las urbanas.
Para limitar el impacto de la pandemia, Alsa implementó un programa de reducción de costes operativos (carburante,
mantenimiento o contratación de colaboradores externos) y de estructura, que le permitió obtener un beneficio subyacente de 7,5 millones de euros, no obstante un 93% inferior al de 2019.
Tras introducir en el balance elementos excepcionales por valor de 112,6 millones de euros, de los que 93,5 millones pertenecen al impacto directo del Covid-19 en sus operaciones, el resultado neto arroja una pérdida de 105 millones de euros.
A la mitigación de las pérdidas también ayudó la adopción de los Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), tanto en España como en Suiza y Marruecos, países donde Alsa también opera, cuyos costes asumidos por los gobiernos asciende a 9,3 millones de libras (11 millones de euros). En el primer confinamiento, más de 11.000 trabajadores de Alsa se encontraban en esta situación.
PLANES DE FUTURO
Todas las medidas acometidas para reducir costes continuarán aportando beneficios este año a la compañía, que cifra en 25 millones de euros anuales, al mismo tiempo que continúa adjudicándose nuevos contratos en Marruecos, Portugal y Francia.
Asimismo, continuará invirtiendo en la transición a flotas de cero emisiones, con la incorporación de autobuses urbanos eco y cero emisiones, y en la digitalización, con la puesta en operación ya en 2020 del primer vehículo autónomo 100% eléctrico en España, además de iniciar las pruebas del primer autobús de hidrógeno.
"El sector de la movilidad ha hecho un importante esfuerzo apoyado por las administraciones para mantener un servicio público y esencial. En Alsa hemos podido mitigar las consecuencias de la crisis gracias a nuestra expansión internacional e implementado una exigente reducción de costes operativos y de estructura, aunque manteniendo las inversiones en tecnología y sostenibilidad, que van a ser claves para la recuperación pos-Covid", asegura el consejero delegado de Alsa, Francisco Iglesias.
En su conjunto, National Express, que también opera en Reino Unido y Norteamérica, facturó el año pasado 1.960 millones de libras (2.300 millones de euros), un 29% menos, con un resultado bruto de explotación (Ebitda) un 63% menos y unas pérdidas de 381,4 millones de libras (446 millones de euros), frente al beneficio de 242 millones logrado un año atrás.