BRUSELAS, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que este jueves ha formalizado su candidatura para presidir el Eurogrupo a partir de julio, tendrá como rivales a otros dos ministros de la eurozona que también se han presentado a pocas horas de que expirara el plazo; se trata del liberal luxemburgués Pierre Gramegna y del conservador irlandés Paschal Donohoe.
Los socios de la zona euro elegirán por tanto entre una socialista, un conservador y un liberal para presidir este órgano informal durante los próximos dos años y medio, periodo que estará marcado por la estrategia de recuperación tras la crisis del coronavirus.
Calviño no es sólo la única mujer entre los tres candidatos, lo es también entre todos los ministros económicos de la zona euro, después de que hace poco dimitiera su colega finlandesa y fuera sustituida por un hombre.
Alrededor de la mesa de los ministros de la moneda única se sientan ocho representantes del Partido Popular Europeo, cinco de la familia socialdemócrata, cuatro liberales, uno de la extrema derecha estonia y un independiente. Gramegna, con seis años como ministro, es además el segundo más veterano.
Así las cosas, la carrera se resolverá en algo más de una semana, el 9 de julio, cuando los Diecinueve se vean en su próxima reunión formal y celebren el proceso de selección que prevé varias rondas de votación, si en la primera vuelta ninguno de los aspirantes logra al menos diez apoyos de entre sus socios.
De este modo, sucederá al actual ministro de Finanzas portugués, Mário Centeno, que debe dejar el Eurogrupo como consecuencia de su salida del Gobierno luso el próximo 13 de julio, y estrenará el cargo en la reunión informal programada para septiembre en Berlín, si la crisis del coronavirus no vuelve a alterar las agendas de trabajo.
Uno de los requisitos para presidir el Eurogrupo es ser ministro de la eurozona, por lo que el elegido no tendrá que dejar de lado sus actuales responsabilidades mientras cumple el mandato de dos años y medio que pasará al frente de este órgano informal europeo.
La vicepresidenta Calviño ha escrutado durante estas semanas sus posibilidades de tener éxito en esta carrera y el Ejecutivo de Pedro Sánchez no contemplaba dar el paso adelante sin garantías de que será ella la elegida, según apuntaron fuentes de Moncloa a Europa Press antes de formalizar la candidatura.
En la carta de motivación enviada al Eurogrupo, Calviño, que cuenta con una larga experiencia en cargos de responsabilidad en la Comisión Europea como uno de sus puntos fuerte, destaca el fuerte impacto de la crisis generada por el coronavirus en la economía europea y apela a trabajar "aún más unidos" para relanzar la recuperación.
"Estamos todos en el mismo barco y las acciones en un país pueden tener un fuerte impacto en la estabilidad y crecimiento de los otros", expone la vicepresidenta, que confía en una fuerte recuperación que devuelva la economía europea a la senda del crecimiento "duradero, inclusivo, y a la creación de empleo".
No sería la primera vez, en cualquier caso, que España intenta hacerse con la batuta del Eurogrupo. En 2015, el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, lo intentó, pero perdió una votación en la que fue superado por el titular de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem.
Como contrincantes, Calviño tendrá a Gramegna, quien ya optó a la presidencia del Eurogrupo en 2018, y Donohoe, considerado el rival más fuerte, pero debilitado porque su partido, el Fine Gael, está todavía negociando un programa de gobierno para poder formar un Ejecutivo de coalición en Irlanda, un proceso que podría lastrar sus oportunidades puesto que su continuidad no está garantizada.
Dublín, además, dedica también parte de sus esfuerzos a buscar apoyos entre sus socios europeos para que el comisario de Comercio, el también irlandés Phil Hogan, dirija la Organización Mundial del Comercio, por lo que está por ver de qué forma esta doble carrera afectará en los equilibrios que siempre observan los socios de la UE.