MADRID, 19 Ene. (EDIZIONES) -
La caída del euro frente al dólar continuará en los próximos meses. Al menos así lo aseguran los analistas de Deutsche Asset & Wealth Management en un informe, en el que destacan que la divisa del Viejo Continente se depreciará frente al billete verde, por un lado debido al sólido rumbo de la economía estadounidense, y por otro, como consecuencia de la evolución de la economía de la eurozona y de las previsibles actuaciones del BCE, del que se espera que este jueves el programa de compra de activos ('quantitative esasing').
Así, en el último año, la cotización del euro frente al dólar ha descendido desde 1,36 dólares en los que cerró el 20 de enero de 2014 hasta bajar de los 1,15 el viernes 16 de enero de este año. En ese periodo de tiempo, el euro alcanzó su cotización máxima el 8 de mayo del año pasado, momento en el que cerró en 1,40 dólares.
En este sentido, el profesor de Economía y Ciencias Políticas de la Universidad de California, Barry Eichengreen, destaca en su introducción que, mientras que la Reserva Federal subirá el tipo de interés "en algún momento" de 2015, el BCE está presionado por el riesgo de deflación y el estancamiento de las economías más importantes.
Más concretamente, el jefe de Divisas de Deutsche AWM, Dirk Aufderheide, ha resaltado el hecho de que el BCE tenga la "firme convicción" de ampliar su balance hasta niveles de marzo de 2012 y que probablemente comprará títulos respaldados por activos y evaluará las posibilidades de iniciar la compra de deuda soberana.
Además, establece otros cinco argumentos que prolongarán la depreciación del euro en los próximos meses:
1.- EVIDENCIAS MACROECONÓMICAS
El primer factor que cita es la evolución macroeconómica, y más concretamente la evolución de los precios. Mientras que la inflación en Estados Unidos está cercana al deseado 2%, la euro zona se enfrenta a un escenario de baja inflación, que coquetea con el 0%, y a unas altas tasas de desempleo. Según Aufderheide "no hay un cambio visible en el corto y en el medio plazo".
2.- INTERESES NEGATIVOS Y BAJOS RENDIMIENTOS
En segundo lugar, el analista subraya la existencia de tasas de interés y de rendimienos negativos en la deuda de los Estados. De esta forma, recuerda que el BCE sorprendió a los mercados bajando el tipo de interés de los depósitos a tasas negativas y que existe una "gran cantidad" de dinero en deuda soberana y depósitos con rendimientos negativos.
De esta forma, asegura que la compra de activos soberanos podría aumentar esta cifra y provocar una situación que ciertos inversores y bancos centrales "no podrían tolerar", puesto que conllevaría el movimiento de capitales, por ejemplo, desde activos como los alemanes o los franceses, a deuda de la periferia.
3.- SALIDAS DE CAPITAL
Las masivas salidas de capital desde la eurozona a renta variable o a mercados de obligaciones extranjeros son otro signo negativo para el euro. En la misma línea que en el punto anterior, esto puede indicar que la ya enorme cantidad de capital colocada en deuda soberana con rendimientos negativos crecerá con el QE del BCE y acelerará la salida de capitales a deudas soberanas con mayores rendimientos.
4.- RIESGOS POLÍTICOS
Otro de los factores que remarca el analista es el escenario político en la euro zona y la crisis de Rusia. Así, recuerda que en 2015 habrá elecciones en tres países de la periferia (Grecia, España y Portugal), en las que partidos de izquierda contrarios a la austeridad y la consolidación fiscal podrían obtener buenos resultados, como Syriza el país heleno o Podemos en el caso español.
Asimismo, Aufderheide señala la preocupación de Angela Merkel ante el posible crecimiento del partido euroescéptico alemán Alternative für Deutschland (AfD).
5.- EL DÓLAR SEGUIRÁ SIENDO LA DIVISA DE RESERVA
Por último, el analista se muestra convencido de que el dólar seguirá siendo la divisa de reserva durante los próximos dos o tres años. "Estados Unidos es la economía más grande. Tiene el mayor mercado de bonos y juega un papel vital para dividas y para la liquidez". Por ello, Aufderheide adelanta un fortalecimiento del dólar, también frente al yen, y solo perdiendo cierto terreno frente al yuan chino.