MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, considera que la eurozona necesita un presupuesto común para impulsar la política fiscal y acelerar la transmisión y el efecto de los estímulos de la política monetaria.
"Sin una política fiscal significativa para el conjunto de la eurozona, la Unión Económica y Monetaria seguirá siendo una construcción frágil", ha afirmado el banquero italiano en una entrevista con el diario británico 'Financial Times'.
Draghi ha subrayado que la zona euro tiene "la necesidad" de moverse desde un sistema en el que los 19 Estados miembros que usan el euro tomen medidas fiscales en función de unas reglas comunes hacia un sistema que tenga capacidad fiscal para el conjunto de la eurozona.
"Hay países que tienen espacio fiscal y no lo usan. E incluso aunque hicieran algo, lo que sería útil para el resto de la zona euro solamente serían efectos colaterales", ha explicado. "Dirigir la posición fiscal agregada de la eurozona de una manera óptima a través de políticas descentralizadas es difícil de lograr debido a que las políticas nacionales están ligadas a las necesidades nacionales de estabilización", ha agregado Draghi.
En este sentido, el presidente del instituto emisor europeo ha vuelto a alertar de que la política monetaria "puede hacer su trabajo", pero que lo hará "más lentamente" y con "más efectos secundarios" que si tuviera el apoyo de una política fiscal conjunta.
"No hay uniones monetarias que duren sin compartir el riesgo fiscal porque la convergencia no puede alcanzarse de forma perfecta y porque las regiones pueden estar sujetas a impactos idiosincrásicos", ha alertado, añadiendo que alcanzar el presupuesto conjunto necesitará una transición "larga", pero que es una "parte existencial" para el bloque.
"Claramente, el debate político tiene un largo camino por recorrer, pero soy optimista", ha apostillado.
CRÍTICOS DENTRO DEL BCE
Asimismo, el presidente de la autoridad monetaria europea también ha reprobado a aquellos presidentes y gobernadores de los bancos centrales que han criticado en público las medidas del BCE.
A mediados de mes, la institución aprobó un paquete de estímulos que consistía en un compromiso de mantener los tipos de interés bajos por un tiempo prolongado, la rebaja de la tasa de facilidad de depósito en 10 puntos básicos, hasta el -0,5%, el reinicio de las compras netas de activos, la relajación de las condiciones del tercer programa de operaciones de financiación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO-III) y la segmentación de la tasa de depósito para bonificar las reservas de los bancos.
Sin embargo, los presidentes de los bancos centrales de Francia, Alemania, Austria y Países Bajos criticaron abiertamente las medidas, especialmente el reinicio de las compras netas de activos.
"Es esencial que los participantes del Consejo de Gobierno del BCE no tengan opiniones dogmáticas de política monetaria que no se puedan adaptar si así lo indican los hechos", ha afirmado Draghi.
Dado que las decisiones se toman de forma colegiada, el banquero italiano ha subrayado que "cuando se toma una decisión, la discrepancia se debería quedar dentro del Consejo de Gobierno".