Dichos centros, que incluyen oficinas y producción, tienen una plantilla de 500 trabajadores
MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Adolfo Domínguez planea aplicar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a los tres centros de trabajo que la firma posee en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas (Orense), cuya plantilla se eleva a 500 trabajadores de los aproximadamente 1.600 empleados que tiene la compañía, según han informado a Europa Press en fuentes sindicales.
En concreto, la intención de la compañía es presentar el expediente de despido colectivo sin incluir tiendas, por lo que únicamente afectará a un número todavía no detallado de empleados del polígono ubicado en Orense, en el que la firma tiene las oficinas, centros de producción y planchado, así como un centro de producto terminado.
No es la primera vez que la firma textil aplica un ERE en estos centros de trabajo, ya que en 2012 presentó otra regulación de empleo que afectó finalmente a 42 empleados y que supuso también la modificación de salarios, a los que se sumaron otros 40 despidos en 2014 y otros 17 en enero de este año.
Adolfo Domínguez comunicó ayer el ERE para asegurar la viabilidad futura de la compañía, que también anticipó la modificación de las condiciones de trabajo y movilidad, con el fin de posibilitar la "adecuada y ordenada reorganización" de sus recursos para asegurar el proyecto empresarial.
La compañía ha explicado que esta decisión es fruto de un análisis "detallado" de la situación actual y persigue el objetivo de encontrar soluciones a los problemas "estructurales" de la compañía de cara al futuro.
En este sentido, Adolfo Domínguez ha señalado que este proceso tiene el objetivo de definir medidas que respondan a la necesidad de la compañía de adaptarse a las circunstancias de mercado "muy exigentes" que obligan a introducir "ajustes" que buscan garantizar la eficiencia y la viabilidad a largo plazo.
El anuncio se produce apenas una semana después de presentar los resultados del ejercicio fiscal 2014-2015, en el que registró unas pérdidas netas atribuidas de 11,03 millones de euros, lo que supone elevar en un 7,5% los 'números rojos' de 10,26 millones de euros contabilizados el año anterior.
Además, la compañía cerró un total de 53 tiendas en España y Portugal en el último año. Los ingresos, por su parte descendieron un 8,2%, hasta 121,54 millones, debido al impacto del plan de reestructuración, que prevé el fin de actividad de aquellos puntos de venta que sin ser estratégicos no registren un resultado bruto de explotación (Ebitda) positivo.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado fue negativo en 1,64 millones de euros, lo que supone un aumento del 50,9% respecto al logrado un año antes.
A 28 de febrero, el grupo contaba con 579 tiendas (235 en el exterior), tras cerrar durante el ejercicio 53 establecimientos en España y Portugal y otros 17 en el exterior.