MADRID, 21 Ene. (EDIZIONES) -
La flexibilización cuantitativa (QE del inglés Quantitative Easing) es una herramienta de política monetaria poco convencional utilizada por algunos bancos centrales para aumentar la oferta de dinero. Se trata, en definitiva, de un programa de estímulo económico.
Consiste en dotar al sistema de liquidez, aumentando la cantidad de dinero en circulación en el mercado. Para ello, el Banco Central compra obligaciones, por lo general bonos, para que empresas, bancos e instituciones dispongan de dinero con el que impulsar la economía.
Esta medida suele ser utilizada cuando los métodos más habituales de control de la oferta de dinero no han funcionado. Aunque es la medida estrella que se prevé adopte el BCE mañana no es algo nuevo, ya que tanto Estados Unidos como en Reino Unido y Japón ya la han utilizado durante esta crisis económica.
¿QUÉ SIGNIFICA EN ESTE MOMENTO?
Según explica Ebury, en circunstancias normales, cuando el nivel de inflación de una economía se aleja a la baja del nivel objetivo del 2%, el Banco Central reduce los tipos de interés con el fin de estimular la economía. Sin embargo, en casos excepcionales como el de ahora en el que los tipos no se pueden bajar más, el Banco Central puede inyectar dinero en la economía mediante la compra de activos.
Esto lo que ha aprobado el Banco Central Europeo (BCE), cuando anunciará previsiblemente un programa de compra de activos, que incluirá deuda soberana, con el que destinará alrededor de 50.000 millones de euros mensuales a la adquisición de estos activos y tendrá una duración de al menos un año.
¿QUÉ EFECTOS TIENE EN LA ECONOMÍA?
La compra de bonos tiene dos efectos:
El impacto directo es la disminución de tipos de interés del Estado o grupo económico cuyos bonos son comprados.
El impacto indirecto es que se reduce el stock de activos ultra seguros disponibles para inversores privados, hecho que les presiona a tomar decisiones en busca de mayores riesgos que les aporten mayor rentabilidad, a través de inversión en acciones, activos de capital, etc.
Por tanto, se prevén efectos positivos sobre la renta variable, la deuda de los países periféricos y el euro.