MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha afirmado este jueves que el Gobierno español sigue considerando "que le asiste la razón" respecto a las ayudas al sector naval, por lo que ya ha encargado a sus servicios jurídicos que estudien recurrir ante el Tribunal de Justicia de la UE la decisión de Bruselas de reclamar parte de estas ayudas a España.
Soria, en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, ha insistido en que el Gobierno español considera que se ha actuado "con arreglo a derecho" y ha recordado que nunca, hasta 2009, se hizo ninguna consideración sobre el sistema que se estaba aplicando y cuando se hizo fue para recibir "la bendición" de Bruselas a través de la entonces comisaria de Competencia, Neely Kroes.
El ministro ha reconocido que la decisión final de Bruselas, comunicada ayer por el comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, "es menos de lo que se tenía que devolver hace una semana, pero mucho más de lo que se debería devolver, que es nada".
Soria cree que la conversación que mantuvieron el pasado lunes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, fue "absolutamente imprescindible" para que Bruselas replanteara el periodo de devolución de las ayudas (antes se pedía de 2005 a 2011 y ahora se reclama recuperar las ayudas concedidas de 2007 a 2011).
Sobre las palabras de Almunia asegurando que "se han exagerado" las consecuencias de su decisión, Soria ha subrayado que los trabajadores "tienen todo su derecho" a defender sus puestos de trabajo, los astilleros y armadores a seguir fabricando y encargando barcos, y los inversores, a seguir apostando por el sector naval.
"El Gobierno español irá hasta las últimas consecuencias para defender los derechos de quienes han invertido en la construcción de barcos", ha subrayado Soria, que ha dejado claro además que siempre han empleado "argumentos jurídicos" para defender la posición española.
El ministro ha pedido a Bruselas que tenga en cuenta además que la alternativa no es que los barcos dejen de construirse en España para irse a Holanda, a Francia o a cualquuier otro país europeo.
"El problema es que esa construcción donde se va es a Asia. Por tanto, en Europa tienen que empezar a pensar que no sólo hay que defender teóricamente el discurso de la reindustrializaciñion, sino que a Dios rogando y con el mazo dando, defender el discurso y al mismo tiempo adoptar medidas o no adoptar medidas contrarias a esa reindustralización", ha argumentado.