MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
Lidl ha incrementado un 13% sus compras de castañas de origen nacional en dos años, hasta alcanzar un nuevo récord con más de 600.000 kilos adquiridos en 2020, según ha informado la cadena de supermercados en un comunicado.
En concreto, la firma sigue apostando por poner en valor la calidad de los productos procedentes del campo español, ofreciendo a sus clientes una amplia variedad de fruta y verdura fresca y dando cada vez más protagonismo a artículos de temporada como las castañas, que Lidl comercializa entre octubre y diciembre en sus más de 630 tiendas en España.
"Queremos poner siempre a disposición de nuestros clientes los mejores productos de nuestra tierra, un compromiso que adquirimos desde nuestra llegada a España y por el que seguiremos trabajando junto a nuestros proveedores nacionales, tejiendo relaciones duraderas e impulsando sus negocios a través de nuestras compras", ha comentado el director general de compras de Lidl España, Miguel Paradela.
"Nuestra apuesta por las castañas de origen nacional es un fiel reflejo de todo ello, ya que hablamos de un producto de calidad que nuestros proveedores en Extremadura, Castilla y León y Galicia nos suministran gracias al trabajo de más de 3.600 agricultores", ha indicado Paradela.
Lidl confirma su apuesta por la huerta española tras adquirir en 2020 más de 1,6 millones de toneladas de fruta y verdura en España, exportando un 84% a una treintena de países.
Según un estudio de la consultora PwC, la cadena de supermercados ya compra más de un 16% de toda la fruta y la verdura producida en España, concentrando hasta un 14% de toda su exportación. El informe revela que, a día de hoy, un total de 45.000 empleos indirectos e inducidos del sector agroalimentario ya están vinculados a la actividad de Lidl.
En su firme compromiso con la sostenibilidad, Lidl vuelve a ser pionero en su sector al desarrollar junto a Global Gap el primer estándar europeo para la preservación de la biodiversidad en el cultivo de frutas y verduras.
Éste tiene como objetivo minimizar el impacto que tiene actualmente la actividad agrícola en los ecosistemas, las variedades de productos y la diversidad de especies a través de medidas que permitirán garantizar la sostenibilidad de los cultivos y aportar también valor a aquellos productos que han sido producidos bajo este criterio.