MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional cree que el motivo del asalto que sufrió el lunes en el madrileño barrio de Aravaca la presidenta del Grupo Eulen, María José Álvarez, fue el robo de su coche blindado de alta gama, han informado a Europa Press fuentes policiales.
Se trata de un Mercedes Benz de alta gama comprado hace unos meses y valorado en más de 150.000 euros, en el que viajaba la directiva y que conducía su escolta. Poco antes de las 2 de la madrugada del día 14 fue interceptado frontalmente por otro coche, del que se bajaron dos hombres armados que encañonaron el vehículo.
En paralelo, otro coche cortó por detrás el paso del vehículo de Álvarez, por lo que su escolta realizó tres disparos al aire con su arma, lo que provocó la huída de los coches de los asaltantes. En ese momento, el escolta de la presidenta de Eulen intentó salir del lugar con una fuerte maniobra que provocó que el coche de la empresaria impactara contra una farola y el vehículo sufrió un impacto en el lateral.
Sanitarios del Samur-Protección Civil acudieron al lugar para atender a la presidenta de Eulen debido a que había sufrido un ataque de ansiedad, indicaron a Europa Press fuentes de Emergencias Madrid. Además, sufrió un golpe en el costado, aunque fue dada de alta en el lugar. El escolta resultó ileso.
LA INVESTIGACIÓN
La Policía cree que, según el 'modus operandi' utilizado, querían robarle el coche. Además, han determinado ya que las armas que utilizaron los asaltantes eran simuladas y que su proceder denota que no se trataba de un grupo criminal especializado. Desconocían que el chófer era además vigilante de seguridad con varias décadas de experiencia, por lo que los ladrones huyeron despavoridos del lugar tras sus disparos al aire.
Además, la zona elegida para el asalto, cerca de su chalé del barrio de Valdemarín, donde viven numerosas personalidades, está fuertemente vigilada y cuenta con numerosas cámaras de seguridad y de tráfico que la Policía va a visionar para conocer los detalles de lo ocurrido.
María José Álvarez declaró ayer en comisaría que no había recibido amenazas y que no pudo ver la cara a los asaltantes. Con los datos actuales, la Policía descarta otras hipótesis, como que el suceso tuviera el objetivo de robar a la empresaria o darle un susto o advertencia.