MADRID, 12 Sep. (EDIZIONES) -
Sus posturas son ampliamente distintas y totalmente enfrentadas. Pero a pesar de que la candidata demócrata a la presidencia Hillary Clinton se presenta con una política continuista que pretende sellar lo que ha empezado el actual presidente Barack Obama, sus propuestas económicas pueden influir en los mercados del mundo.
Por otra parte, el mediático candidato republicano Donald Trump, presenta unas fuertes medidas económicas que de materializarse en el programa económico electoral y después, llevarse a cabo, también podrían cambiar el rumbo de las inversiones nacionales e internacionales.
Uno de los puntos de discordancia es el impuesto sobre la renta. La candidata republicana pretende aumentar la tasa establecida a las grandes fortunas. Por su parte, el republicano Trump asegura que presentará una reducción de los tramos impositivos que alcanzará su máximo en el 25%.
El impuesto de sociedades también cambiará en ambos casos, y es que, según apuntan desde XTB, mientras Clinton prevé eliminar las deducciones fiscales por primas de reaseguros a empresas extranjeras y establecer créditos fiscales para que las compañías repartan beneficios, Trump sólo prevé reducir este tipo impositivo al 15%.
El impuesto de sucesiones también es un punto de cruce. Trump pretende eliminar este impuesto y Clinton, al contrario, reducir el mínimo exento para el pago del impuesto a los 3,5 millones de dólares y subir el tramo máximo del impuesto hasta el 45%.
SALARIO MÍNIMO Y POLÍTICA ENERGÉTICA
La candidata demócrata tiene intención de aumentar el salario mínimo federal desde 7,25 dólares a 12 dólares la hora, un ascenso en el que coincide con su rival en las elecciones aunque este no se ha mojado por el momento con una cifra concreta.
Las políticas energéticas también son muy dispares. Mientras que Trump apuesta por los combustibles fósiles y la energía nuclear, Clinton lo hace por las energías renovables, especialmente la solar. Pese a ello, según apuntan los analistas de XTB, la candidata no descarta recurrir a fuentes como el gas natural o la energía nuclear.
COMERCIO EXTERIOR
El comercio exterior es otro de los focos de atención del debate político y económico. El republicano Donald Trump muestra una fuerte oposición al tratado de libre comercio entre regiones del Pacífico y propone modificar o abandonar el tratado de libre comercio NAFTA (North American Free Trade Agreement), además apoya la imposición de fuertes aranceles para las exportaciones chinas.
Por su parte, Clinton coincide en el punto de China, respecto a lo que ha dejado entrever que podría aumentar los aranceles a los productos provenientes de dicho país.
EL EFECTO DEL CAMBIO EN LAS DIVISAS
A pesar de que la política monetaria depende de la Reserva Federal, los analistas apuntan a que la llegada de Trump a la presidencia podría conllevar políticas monetarias restrictivas que se traducirían en un fortalecimiento del dólar americano.
Además, si el republicano lleva a cabo la repatriación de beneficios de la que habla, el dólar index podría experimentar subidas, tal y como sucedió en 2005, cuando se realizó una maniobra similar.
Si Trump llega a la Casa Blanca, el yuan podría resentirse. La decisión de endurecer los aranceles a las exportaciones chinas y de romper con el NAFTA perjudicaría tanto a China como a la divisa mejicana y el dólar canadiense.
RENTA VARIABLE
El informe de XTB es claro al respecto de los efectos de las políticas económicas en la renta variable estadounidense: "La preferencia es clara a favor del partido demócrata".
Según apuntan los analistas, desde 1945 el SP500 se ha revalorizado un 9,7% de media anual bajo el mandato demócrata, frente a un 6,7% bajo manos republicanas. Pese a ello, a pesar de que la opción continuista de Clinton aporta tranquilidad a los mercados, las medidas empresariales, como la rebaja del impuesto de sociedades que Trump pretende emprender, podrían ser positivas para las compañías estadounidenses.
EFECTOS SOBRE EL IBEX 35
Los movimientos del SP500 tienen consecuencias en la renta variable internacional y España no es un caso excepcional. Grifols, Viscofán y Acerinox tienen gran parte de su cuenta de resultados en Estados Unidos, por lo que cualquier cambio en la política monetaria podría afectar a sus resultados.
Ferrovial, Santander o Iberdrola también tienen alrededor del 10% de su cuenta de resultados en el país. Además, una victoria de Trump podría tensar las relaciones de EEUU con Canadá y los países de Latinoamérica, lugares dónde muchas empresas españolas tienen intereses económicos. En concreto, Chile, Brasil y México son países que podrían salir perjudicados y en los que algunas compañías del Ibex 35 tienen importantes intereses.