Rodrigo Rato: auge y caída del hombre que pudo ser presidente
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 11 mayo 2017 10:58

MADRID, 23 Feb. (EDIZIONES) -

Rodrigo Rato, el hombre que pudo ser presidente del Gobierno y ocupó cargos como los de director gerente del FMI, ministro de Economía y presidente de Bankia, ha sido condenado a cuatro años y medio de prisión por la Audiencia Nacional por los delitos continuados de apropiación indebida y administración desleal.

La cara más visible del llamado 'milagro económico español' perdía el poco aura que le quedaba, después de haber consumido parte de su crédito debido a la crisis de Bankia y a su implicación en el caso de las 'tarjetas black' de Caja Madrid.

Rodrigo Rato, con esta condena, puede convertirse en la figura política de mayor rango desde la instauración de la democracia en entrar en prisión.

FAMILIA DE EMPRESARIOS Y MINISTROS

La de Rodrigo Rato (Madrid, 1949) es una vida anclada a una familia con fuertes raíces en el mundo empresarial y financiero: la saga de empresarios asturianos se remonta hasta el siglo XIX. Su bisabuelo, Faustino Rodríguez San-Pedro, fue vicepresidente del Senado y alcalde de Madrid antes de encabezar los ministerios de Hacienda, Estado e Instrucción Pública en distintos periodos de los gobiernos de Francisco Silvela y Antonio Maura.

El padre de Rato y nieto de Faustino, Ramón Rato Rodríguez-San Pedro, heredó una importante fortuna derivada de actividades de la industria textil y la construcción, mientras que su madre, Aurora Figaredo, provenía de dos familias de propietarios de la minería del carbón, la siderometalurgia y la banca, según la biografía de exministro publicada por el Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (CIDOB).

La familia fue acusada en 1967 de evadir capitales a Suiza, por lo que Ramón Rato fue condenado a tres años de cárcel y a abonar 176 millones de pesetas. El Banco de Siero, propiedad de la familia, fue intervenido por el Banco de España.

CAMINO HACIA LA CIMA

Rodrigo Rato se licenció en Derecho en 1971 por la Universidad Complutense de Madrid, tres años antes de obtener un máster en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Berkeley. No fue hasta 2003, siendo ya ministro, cuando se doctoró en Economía Política.

En 1975 fue nombrado consejero delegado de Aguas de Fuensanta, cargo que también ocupó en las compañías Edificaciones Padilla y Construcciones Riesgo. Dos años más tarde giró con fuerza el timón de su trayectoria para entrar en el escenario político español.

En 1977 ingresó en Alianza Popular de la mano de Manuel Fraga, amigo de su padre, y en 1979 asumió la Secretaría de la Comisión de Economía del Partido, además de entrar en el Comité Ejecutivo Nacional. Dos años después recibió una de las cinco secretarías generales adjuntas.

El político de origen asturiano pisó por primera vez el Congreso de los Diputados tras las elecciones de 1982, en las que era cabeza de lista por Cádiz. Cuatro años después, Rato ya formaba parte del grupo conocido como los 'jóvenes aliancistas', cuya cabeza más visible era José María Aznar.

Ya en 1990, un año después de la refundación del partido, Aznar, que había sido presidente de la Junta de Castilla y León, fue proclamado presidente en sustitución de Fraga. La carrera de Rato, muy cercano al nuevo líder, era ya imparable. En enero de 1996 asumió una de las tres vicesecretarías generales y en marzo, después de la victoria electoral del PP en las elecciones generales, Rato se convirtió en ministro de Economía y Hacienda y en vicepresidente del Gobierno.

MINISTRO DE ECONOMÍA

Durante mucho tiempo Rodrigo Rato fue considerado un héroe de la economía española. El verdadero artífice de un "milagro económico" que acabó con la etapa de "paro, despilfarro y corrupción" del Felipe González, tal y como aseguraban entonces los miembros del nuevo Gobierno.

Ocupó el cargo durante los ocho años de Gobierno popular, hasta 2004, aunque a partir del año 2000 su cartera ya no ostentaba las competencias de Hacienda.

Durante estos años el nuevo Ejecutivo continuó la oleada de privatizaciones iniciada en la etapa socialista. Algunas de las empresas más importantes que pasaron a formar parte del mercado privado fueron Endesa, Tabacalera (ahora en Altadis), Repsol, Telefónica, Argentaria o Gas Natural.

Además, durante la etapa de Rato como ministro de Economía se llevaron a cabo dos rebajas fiscales del IRPF, en 1999 y en 2003. Por otro lado, este Ejecutivo impulsó en 1999 la ya famosa 'ley del suelo', que inició, según muchos expertos, la voracidad por la construcción en España y la burbuja inmobiliaria.

En cualquier caso, el CIDOB asegura en la biografía que, a pesar de que el PP "heredó una coyuntura en la buena dirección", "Rato y su equipo la condujeron por una senda de estabilidad que pronto produjo resultados muy positivos, permitiendo al país afrontar con plena confianza el examen del euro en 1998, a la vez que crecía la economía, se creaban cientos de miles de puestos de trabajo (...)".

En marzo de 2004 José Luis Rodríguez Zapatero ganaba las elecciones a Mariano Rajoy. Según desveló Aznar en sus memorias años después, Rato desestimó en dos ocasiones la opción de ser el sucesor del entonces presidente. Pero tenía otros planes. Rato, que ya jugaba en la primera división política española, pasó a formar parte de la máxima categoría mundial.

DIRECTOR GERENTE DE FMI

El 7 de junio de 2004 Rodrigo Rato asumió las funciones de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), un prestigioso cargo "que goza de rango de jefe de Estado y que da derecho a participar en las más altas reuniones de líderes de las economías desarrolladas", según el CIDOB.

Tres años aguantó en el puesto el que había sido ministro de Economía en España, hasta junio de 2007, momento en el que dimitió sorpresivamente alegando razones personales.

PRESIDENTE DE BANKIA Y BFA

En 2007 anunció su incorporación a la división internacional del Banco de Lazard y en 2008 asumió el cargo de consejero internacional de Banco Santander. El devenir de la economía española trajo de vuelta a Rato al escenario español. Todavía recordado por su buen hacer como ministro, en enero de 2010 fue nombrado presidente de Caja Madrid.

Como presidente de esta Caja lideró la fusión de hasta otras siete cajas de ahorro, que dio lugar a Bankia. Esta nueva entidad debutó en el parqué de la Bolsa de Madrid el 20 de julio de 2011.

El ocaso llegó en diciembre de 2011, cuando Deloitte detectó en las cuentas de ese año de la entidad un desfase patrimonial de 3.500 millones de euros, frente a los beneficios de 305 millones que había anunciado la empresa.

La auditora se negó a firmar estas cuentas y la CNMV decidió no publicar los resultados anuales de BFA y Bankia, un hecho que precipitó la decisión del Gobierno de diseñar un plan de saneamiento con dinero público.

En mayo de 2012 la propia entidad informó de que las pérdidas en el año anterior habían ascendido un total de 2.979 millones de euros, aunque los peritos designados por Banco de España afirmaron en diciembre del año pasado que Bankia debía haber contabilizado otros 1.192 millones adicionales de pérdidas.

Rodrigo Rato anunció finalmente su dimisión después de que se conociera que Bankia iba a recibir un respaldo público de entre 7.000 y 10.000 millones de euros a través del Fondo de Reestructuración ordenada Bancaria (FROB).

En 2015, los agentes de Aduanas dependientes de la Agencia Tributaria inspeccionaron el despacho del expresidente de Bankia, después de conocerse que se había acogido a la amnistía fiscal aprobada por el actual Gobierno.

Una denuncia presentada por la Fiscalía de Madrid por supuestos delitos de fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales provocaba este registro. La figura de Rato recibía un nuevo revés, no solo por el contenido de la investigación, sino también por la imagen en la que un agente de policía lo introducía en el coche para su traslado al juzgado. Aquella imagen tuvo un profundo impacto en la opinión pública.

En julio de 2012 Rato fue citado a declarar como imputado por la Audiencia Nacional por la gestión de Bankia, junto con toda la junta directiva. Además, el exministro también se vio implicado en el caso de las 'tarjetas black', que sirvieron para ocultar gastos de consejeros de la entidad. Es precisamente este asunto el que le ha valido la condena a cuatro años y medio de prisión.

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