MADRID, 19 Ene. (EDIZIONES) -
El precio del servicio eléctrico está en máximos recientes. De hecho, según la organización de consumidores Facua, la factura del arranque de este mes será la segunda más cara de la historia, solo por debajo de las de enero y marzo de 2012.
Pero, ¿por qué está tan cara la electricidad?
La respuesta es compleja y para entenderla hay que conocer primero qué es lo que pagamos en la factura. Aproximadamente el 35% de lo que nos cobran las eléctricas corresponde a los gastos de mercado libre, es decir, al precio que las comercializadoras tienen que pagar en el mercado mayorista por la electricidad.
El siguiente 25% corresponde a los impuestos que el consumidor se ve obligado a pagar y aproximadamente el 40% restante, es lo que se abona por los costes regulados, es decir, por gastos como el transporte, la distribución, los incentivos a las renovables o la amortización del déficit de tarifa. Este último, se fija mediante órdenes ministeriales. El Gobierno decidió congelar en enero y para todo 2017 esta parte del recibo, sufragada a través de los peajes.
Durante los últimos días ha sido la parte correspondiente al mercado libre la que ha hecho subir el precio de la electricidad. Es decir, el precio que cobran las empresas de producción se ha encarecido y eso ha repercutido, pasando por las distribuidoras, en el precio que tiene que pagar el consumidor.
¿Por qué suben el precio las productoras? Son siete factores los que están encareciendo la electricidad en plena ola de frío.
1. MÁS DEMANDA
El primero y más obvio es el aumento de demanda provocado por las bajas temperaturas. De hecho, según el gestor técnico del sistema gasista, Enagás, el pasado miércoles 18 de enero se batió el récord de demanda de gas natural desde 2012 y el consumo eléctrico marcó ayer su máximo desde 2012.
2. MENOS EÓLICA
Las condiciones meteorológicas no están siendo favorables para las renovables, y la eólica no escapa de la falta de viento. La menor presencia de esta energía limpia en el mercado ha encarecido el precio.
3. MENOS HIDRÁULICA
La escasez de lluvias ha llevado a los pantanos a encontrarse en mínimos, lo que ha encarecido también el precio de la hidráulica que acostumbra a ser una energía muy barata. Al haber poco recurso hidráulico y el disponer las eléctricas de capacidad para usarlo conforme a criterios de conveniencia económicos, esta tecnología está alcanzando precios inusualmente elevados.
4. SUBIDA DE LOS PRECIOS DEL CARBÓN Y DEL GAS
Debido a las cotizaciones internacionales, y con la ola de frío en Europa y teniendo en cuenta que la cotización del gas ha sido históricamente paralela a la del petróleo, la subida de los precios del carbón y el gas también está haciendo mella en la factura final de la luz.
5. FRANCIA NO PRODUCE ENERGÍA NUCLEAR
La parada temporal de parte del parque nuclear francés está afectando al bolsillo de los españoles. La suspensión de algunos de sus 58 reactores que será efectiva durante los próximos meses está obligando al país galo a exportar energía desde España, lo que está afectando a los precios de mercado y encareciendo la factura final.
6. LOS PROBLEMAS CON ARGELIA
Argelia es el principal proveedor de gas para España con una cota del 59% del mercado. Pero los problemas surgidos desde el pasado diciembre están influyendo en el bolsillo del consumidor español.
Las sucesivas cancelaciones por fuerza mayor de envíos de buques de gas de Argelia hasta España debidos a problemas técnicos en sus terminales de licuefacción en Béthiousa y Skikda, han acabado por repercutir en los mercados del sur de Europa.
7. EL PROPIO FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO MAYORISTA ELÉCTRICO
El mercado mayorista eléctrico tiene un funcionamiento marginalista, lo que significa que el último tipo de energía que entra en el mercado para cubrir la demanda es el que establece el precio para todos los demás.
Explicado de manera sencilla, esto primero recurre a la energía más barata para cubrir la demanda. Una vez agotada, se procede a recurrir a la segunda energía más barata y así hasta alcanzar la que se cotice más alto en ese momento, cuyo precio se aplica a todas las demás.
Esto implica, que si la energía hidráulica o el gas entran ahora debido a su alto precio en la última posición, el importe que se debe pagar por ellas será también adjudicado a la eólica, el gas, el carbón o todas aquellas que hayan entrado anteriormente en el mercado.
Esto provoca que aunque el consumidor haya usado en primera instancia energía proveniente del carbón que tenía un precio x, la pague al precio establecido por el gas o por la última energía en entrar en el mercado.
CON LA ELECTRICIDAD EN MÁXIMOS, ¿CUÁL ES LA TARIFA MÁS BARATA?
Aunque parezca contradictorio, las tarifas PVPC, o de precio regulado, son generalmente las tarifas más baratas que los consumidores pueden contratar, incluso cuando el consumidor dispone de un contador 'inteligente' y paga la luz hora a hora.
Estas tarifas suponen actualmente alrededor del 50% de los contratos domésticos y el precio final de la factura que pagan los hogares está ligado en parte al margen de comercialización que tienen las distribuidoras fijado por el Gobierno.
Por otra parte, las tarifas de mercado libre, conocidas por los distintos nombres que las distribuidoras han establecido, como por ejemplo, la tarifa de precio fijo, la opción verde o la que incluye servicios de mantenimiento, son tarifas que sólo están ligadas al mercado libre y en las que las empresas distribuidoras establecen libremente su margen de comercialización.
En la mayoría de los casos, este segundo tipo de tarifas por las que se paga siempre la misma cantidad salen más caras para el consumidor, ya que aunque no estén totalmente ligadas al aumento del precio de la energía impuesto por las empresas generadoras es tal el margen de comercialización que aplican las distribuidoras que escasas veces el consumidor sale beneficiado.