Madrid, 24 Sep. (EDIZIONES) -
El escándalo de Volkswagen no ha dejado indiferente a nadie. Desde que el CEO de la compañía, Martin Winterkorn, espetara en una reunión "la hemos cagado completamente" las miradas no cesan de estar puestas en esta empresa alemana que trucó el motor de 11 millones de vehículos con un software para que emitieran menos gases contaminantes.
La noticia supuso un varapalo para la compañía cuyo "engaño" fue descubierto en los laboratios universitarios de Morgantonw, (EE.UU.) por casualidad de manos de un grupo de investigadores y una ONG especializada en transportes ecológicos.
Pero ni la dimisión de Winterkorn anunciada este miércoles, ni el previsible despido de su consejero delegado en Estados Unidos, Michael Horn, así como el de los máximos responsables de I+D en Audi, Ulrich Hackenberg, y en Porsche, Wolfgang Hatz, el próximo viernes, eludirán que Volkswagen deba enfretarse a una multa que podrían ascender a los 18.000 millones de dólares (más de 16.000 millones de euros), casi tres veces sus beneficios anuales.
Ante esta situación, los más afectados son los consumidores de estos vehículos, aparte de la propia marca. En el caso de España, desde Facua dicen estar recibiendo una "avalancha" de consultas de usuarios.
La asociación de consumidores asegura que la compañía automovilística debería indemnizar a los clientes mediante la entrega de un coche nuevo o el pago de un importe equivalente al valor del vehículo en caso de que, en una eventual llamada a revisión para retirar el software que truca las emisiones, la compañía se viese obligada a rebajar la potencia de los modelos.
En este caso, el consumidor "tendría derecho a recibir una compensación o a la devolución del importe de vehículo o a su sustitución por otro", ya que "no sería aceptable reparar el fraude con una pérdida de calidad", lo que equivaldría a "defraudar dos veces", subraya Rubén Sánchez, portavoz de Facua.
Por su parte, OCU organismo que forma parte Organización Europea de Consumidores (Beuc) han exigido una "investigación exhaustiva" sobre las emisiones contaminantes y el consumo de combustible de los coches que se venden en Europa tras el escándalo. La organización ha tildado de "engaño" el caso de Volkswagen y ha afirmado que aún quedan por valorar sus implicaciones económicas.
Además, ha pedido que se aclare quién debería hacerse cargo de un hipotético incremento en el impuesto de matriculación por cambiar la categoría de eficiencia del coche y qué va a pasar en los casos en los que el coche fue comprado con una ayuda vinculada a sus características poco contaminantes, como el Plan Pive.
Al igual que Facua, esta organización sostiene que el consumidor no debería hacerse cargo de ninguno de estos hipotéticos gastos, ya que deben "correr de cuenta de Volkswagen". Así lo ha indicado a través de una comunicado en el que alegan que "quien hace trampa, paga".
Desde OCU señalan que es el fabricante alemán quien debe ponerse en contacto con los afectados, 11 millones en total repartidos por todo el mundo, para desintalarse el dispositivo. Todo ellos recalcan de forma "rápida, gratuita y facilitando coche de sustitución".
"En ningún momento pueden cobrarte un solo euro" ni "reducir la potencia de tu coche", indica la organización a los propietarios de los vehículos 'trucados', a quienes les recuerda, además, que deben exigir un documento desglosado en el que figuren las actuaciones realizadas.
Asimismo, la organización señala que al quitar el dispositivo de trucaje, el coche "dirá la verdad" y será tan contaminante como realmente es, "pero pasará la ITV sin problemas, ya que los niveles siguen estando muy por debajo de los límites europeos".