MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las acciones de Toshiba dejarán de negociarse este miércoles en las bolsas de Tokio y Nagoya, poniendo así fin a una andadura de 74 años de cotización, después de que un consorcio liderado por el fondo Japan Industrial Partners (JIP) se hiciera en septiembre con la mayoría capital de la multinacional.
En este sentido, a finales de noviembre los accionistas de Toshiba aprobaron la consolidación de los títulos de la compañía que no habían sido adquiridos, último paso para la exclusión del mercado en el marco de la compra y privatización de la empresa liderada por el fondo Japan Industrial Partners (JIP).
"Como resultado, las acciones ordinarias de la compañía cumplirán con los criterios de exclusión de la Bolsa de Valores de Tokio y la Bolsa de Valores de Nagoya", anunció entonces la empresa nipona, añadiendo que sus acciones serían designadas como valores que se eliminarán de la negociación para, finalmente, dejar de cotizar "a partir del 20 de diciembre de 2023".
Asimismo, Toshiba indicó que, como resultado de la consolidación de acciones, los títulos de la empresa dejarán de cotizar y el consorcio liderado por JIP será el único accionista, después de que el fondo japonés anunciase en septiembre que había adquirido el 78,65% del capital de la multinacional a través de su oferta pública de adquisición (OPA).
La OPA del consorcio liderado por JIP y en el que participan una veintena de compañías japonesas, incluyendo Orix, Rohm y Chubu Electric Power, así como entidades financieras del país, ofrecía el pago de 4.620 yenes por cada título de Toshiba, en total unos 2 billones de yenes (12.360 millones de euros al cambio actual).
Toshiba llegó a estar al borde del colapso tras las irregularidades contables detectadas en 2015, que llevaron a la empresa a plantearse su escisión en tres empresas independientes, plan que posteriormente limitó a su segregación en dos firmas y que, en marzo de 2022, fue rechazado por los accionistas, dando paso a una búsqueda de inversores.
La semana pasada, en lo que supone el primer movimiento corporativo de importancia desde que culminase su adquisición, Toshiba anunció que, junto a la compañía tecnológica nipona Rohm y con el apoyo del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón, colaborará en impulsar la fabricación de componentes electrónicos como medida de apoyo al objetivo de Tokio de garantizar un suministro seguro y estable de semiconductores.
Según informaron las partes, las empresas destinarán a este fin un total de 388.300 millones de yenes (2.494 millones de euros) de los que 289.200 millones de yenes (1.857 millones de euros) corresponderán a Rohm y otros 99.100 millones de yenes (636 millones) a Toshiba.
Asimismo, el Gobierno japonés prevé aportar un subsidio máximo equivalente a la tercera parte de la inversión, lo que resulta en 129.400 millones de yenes (831 millones de euros).
De este modo, Toshiba aumentará la capacidad de producción de componentes de silicio en una próxima planta en la prefectura de Ishikawa, mientras que Lapis semiconductor, filial de Rohm, aumentará su capacidad de producción de dispositivos y obleas de carburo de silicio en una planta en la prefectura de Miyazaki.
Se trata de la primera colaboración entre las empresas, después de que Rohm participara en el consorcio liderado por la firma de capital privado Japan Industrial Partners (JIP) que ha privatizado Toshiba.