SEVILLA, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la federación Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT-Andalucía, Manuel Jiménez, ha mostrado este viernes su preocupación ante el expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 95 trabajadores de los centros de Alcolea (Córdoba), Andújar (Jaén) y Rivas Vaciamadrid (Madrid) y ha criticado el proceso "externalización" que está llevando a cabo la compañía.
En declaraciones a Europa Press, Jiménez ha reprochado como la compañía puede "morir vegetativamente" cuando es una industria como "mucha historia, sobre todo, la planta de Alcolea". No obstante, ha apuntado que no cuentan con más información de más allá de la comunicada a la CNMV y a los representantes sindicales.
Ha señalado que la planta cordobesa cuenta con unos 150 trabajadores, mientras que el laboratorio de Andújar emplea a entre diez y 15 trabajadores.
El consejo de administración de Deoleo, el fabricante de Koipesol y Carbonell, ha aprobado el inicio de un ERE, una medida que toma por "causas productivas y organizativas". Se iniciará un periodo de negociación con los representantes de los trabajadores en función de los plazos marcados legalmente.
El propietario de marcas como Bertolli o Carapelli ha explicado que está tomando una serie de medidas necesarias para adaptar la estructura industrial del grupo y que pasan por un plan de inversiones para incrementar la capacidad instalada de sus plantas de Tavarnelle (Italia) y de Alcolea en Córdoba, además de aplicar una política de racionalización de costes y de mejorar su competitividad.
CIERRE DE UNA PLANTA EN ITALIA Y VENTA DE LA DE ANTEQUERA
La firma española anunció en octubre del año pasado la venta por siete millones de euros de la planta de Antequera a Dcoop y el cierre de la planta de Inveruno (Milán).
De esta forma, el consejo de administración cerró la venta de las instalaciones productivas en Antequera (Málaga) a la cooperativa Dcoop, así como la subrogación de la plantilla que afecta a las mismas a la fecha de su transmisión.
La compañía aceitera cerró el ejercicio 2015 con unas pérdidas de 61,3 millones de euros, mientras que logró una facturación de 817,3 millones de euros, un 5,7% más que en 2014.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) cayó un 56,3%, hasta los 35,6 millones, debido a la elevada volatilidad de los precios de las materias primas, lo que ha tenido un efecto negativo en las ventas, fundamentalmente en los mercados maduros, España e Italia.