MADRID 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras el cierre del G20 sin avances en la firma del acuerdo de Mercosur, ha vuelto a reclamar al Gobierno que se alinee con los países de la Unión Europea que buscan su bloqueo por los "graves" efectos sobre el modelo productivo y de sostenbilidad europeo.
En concreto, la organización se opone a que se firme este acuerdo que "sacrifica" al sector agrario europeo, y pide al Gobierno español que se posicione junto a Francia y con el resto de Estados miembros, como Austria o Países Bajos, que ya han rechazado el acuerdo en sus Parlamentos; o como Irlanda, Polonia o Bélgica, que han expresado "reservas importantes".
Además, la organización profesional agraria ha rechazado "categóricamente" los ataques a mercancías españolas y la interrupción de los pasos fronterizos, y ha señalado la "inconcruencia" de irse a protestar por la firma de Mercosur a la frontera con otro estado miembro de la UE y vandalizar sus mercancías.
El acuerdo inició sus negociaciones hace 25 años y han experimentado varias interrupciones, hasta que en 2019 la Comisión Europea alcanzó un acuerdo político con los representantes de Mercosur.
La organización ha denunciado que los productores europeos han visto cómo han crecido las presiones "ambientales y éticas" sobre el sector y sus costes productivos, y suscribir el acuerdo supondría aceptar "someter" al modelo productivo y de sostenbilidad agrario europea a una "competencia desleal".
Unión de Uniones recuerda que, en los estudios de impacto que tiene la Unión Europea sobre la firma del acuerdo, quedan "evidenciadas" las consecuencias económicas "negativas" para la agricultura y la ganadería europeas, pero también los riesgos ambientales, puesto que el debilitamiento de los sectores de la UE provocaría la intesificación de las producciones en los países de Mercosur.
Esto último implicaría normas muchos menos rigurosas que las europeas, incluso en temas sanitarios, fitosanitarios y de trazabilidad.
Para la organización, en el acuerdo está "ausente totalmente" el principio de reciprocidad en las condiciones de producción para las mercancías alimentarias que se importen a la Unión Europea, y tampoco hay "mecanismos efectivos" para garantizar que los países del Mercosur cumplan con las normativas ambientales, sanitarias y laborales prometidas.