MADRID, 20 Feb. (EDIZIONES) -
El precio de los carburantes vuelve a subir: son ya cuatro las semanas consecutivas en las que el precio de la gasolina y el gasóleo crecen. Lo ha hecho un 8%, después de que el precio del petróleo retomase las subidas. Esta tendencia al alza de la gasolina y el petróleo es la primera vez que se da desde finales de junio de 2014, cuando alcanzaron su máximo en el año.
Desde entonces, el precio del crudo y el de los carburantes no pararon de bajar hasta enero. No obstante, ¿lo hicieron al mismo ritmo en los mismos periodos de tiempo? Fueron varias las voces críticas que vienen denunciando, como ya hiciera en su momento la extinta Comisión Nacional de Energía (CNE), que los beneficiarios de estas bajadas en realidad estaban siendo los operadores, ya que los precios de los carburantes que estaban pagando los consumidores al repostar disminuían a menor velocidad que los precios del petróleo caían más.
La OCU acaba de asegurar que, tras la lentitud de los surtidores al recoger las bajadas de precios del petróleo, llega ahora el efecto contrario. Los carburantes han pasado de bajar como una pluma a subir como un cohete. Pero ¿a qué nos referimos exactamente con estos términos?
'EFECTO PLUMA'
Durante los últimos meses, las asociaciones de consumidores dicen haber percibido un 'efecto pluma' en el precio de gasolina o el gasóleo. Ese término es utilizado cuando se quiere decir que los precios de los carburantes bajan muy despacio en el mismo período de tiempo en el que el precio del crudo lo hace más rápido. Las bajadas se incorporan de una forma pausada al precio de los carburantes.
'EFECTO COHETE'
El antónimo del 'efecto pluma' es el 'efecto cohete'. En este caso ocurre todo lo contrario que en el anterior. Es decir, se da cuando los precios de los carburantes aumentan a una velocidad muy rápida. Las subidas se incorporan de forma inmediata al precio del carburante, lo que según las asociaciones de consumidores, está ocurriendo en la actualidad.
PROTESTAS
Y es esta diferencia entre los ritmos de las bajas y de las subidas lo que ha provocado que surjan críticas. La OCU ha manifestado la diferente velocidad de variación del precio de los combustibles en función del precio del petróleo destacando que esta política impide que el consumidor se beneficie plenamente de las bajadas de precios pero si vea perjudicado por de forma inmediata por las subidas.
Por otro lado, el pasado mes de octubre, el ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó en una entrevista con la Cope que "hay una teoría, que es una realidad, que cuando suben los precios del petróleo el precio de la gasolina sube como un cohete y, cuando bajan, lo hace como una pluma"
LOS ÚLTIMOS SEIS MESES, EN GRÁFICOS
A continuación, exponemos en tres gráficos el comportamiento tanto del precio del barril de Brent, de referencia para Europa, como de los precios de los carburantes. En el primero de ellos se observa la evolución del precio crudo. Después de marcar su máximo del año el 23 de junio (115,06 dólares), cayó acentuadamente un 59%, hasta los 47,22 dólares del 14 de enero. Después inició una fase de recuperación, hasta los 61,68 dólares en los que cerró este martes.
En el siguiente se puede observar la evolución de los precios de los carburantes desde el pasado julio. Tanto el gasóleo como la gasolina sufrieron caídas desde julio hasta enero, desde los 1,43 euros hasta los 1,13 euros en el caso de la gasolina, y desde los 1,32 euros hasta los 1,07 euros en el del gasóleo. El descenso fue del 21% y del 18,9%, respectivamente. Al igual que el Brent, ambos iniciaron una fase de recuperación en la segunda mitad de enero.
Por último, el tercer gráfico compara mes a mes, desde agosto, la diferencia en las caídas del Brent con las de la gasolina y el petróleo. Se puede observar que en los primeros meses de retrocesos el crudo caía en torno al 5%, mientras que el precio de los carburantes se mantenía prácticamente plano.
A medida que se acentuaba el descenso del Brent, la gasolina y el gasóleo incrementaban sus caídas también, pero siempre en menor medida. La diferencia más clara se observa en diciembre, mes en el que el barril de Brent se hundió un 23%, mientras que la caída de los carburantes no alcanzó el 5% en ninguno de los dos casos.
Aparte de la velocidad a la que se repercuten las subidas y las bajadas, los carburantes nunca variarán en la misma proporción que el petróleo. Esta circunstancia se debe a que la materia prima apenas tiene un peso final del 40% sobre el precio final de la gasolina y el gasóleo, así como a otros factores como la devaluación del euro, que encarece la compra de un barril de crudo que cotiza en dólares.