Zimmermann: "La economía colaborativa ha llegado para quedarse y evolucionar"

José Luis Zimmermann
Foto: ADIGITAL
Actualizado: viernes, 31 julio 2015 14:49

MADRID, 31 Jul. (EDIZIONES) -

Los nuevos tiempos se imponen en la economía. Los cambios en el patrón de consumo, el desarrollo tecnológico, así como nuevos hábitos de vida, fomentan la posibilidad de llevar a cabo estilos de vida alternativos, facilitando el intercambio de bienes y servicios. Hablamos de economía colaborativa.

Jose Luis Zimmermann, un experto en esta materia, responde a este nuevo modelo de intercambio económico cuyas prácticas se están incrementando de forma paulatina.

Licenciado en economía ocupa varios cargos en empresas españolas Entre ellos destaca su puesto como director general en Adigital y en Confianza Online, asociación española impulsora de calidad en calidad para la seguridad en Internet.

Desde 'E-commerce', pasando por 'social media' o 'business strategy', Zimmermann está involucrado en el desarrollo, difusión y regulación de esta nueva forma de 'economía'.

-¿Cuál es el origen de la economía colaborativa?

Aunque ya existían modelos y plataformas anteriores, el término y el concepto Consumo Colaborativo tiene su origen como tal en un libro de la autora y experta del tema Rachel Botsman. En él analiza esta forma de consumo fundamentalmente basada en intercambios de bienes o servicios ociosos entre pares, en plataformas de intermediación bien con ánimo de lucro o no y dónde la transparencia y la confianza juegan un papel clave.

-¿Estamos ante un nuevo paradigma económico?

Absolutamente, este fenómeno que apenas está comenzando supone toda una revolución a varios niveles: consumo, producción, administración (...)En definitiva, una economía donde el ciudadano pasa a asumir el rol de consumidor y de productor y donde la abundancia de información se convierte junto al capital y al trabajo en la nueva variable de la ecuación.

-Cuando los usuarios hacen uso de Uber, Blablacar, Airbnb, ¿son conscientes de que están formando parte del consumo colaborativo?

No tengo constancia de ello, pero de lo que seguro que son conscientes es de que participan de una actividad que transforma su papel en la sociedad y desde luego no como usuarios de éstas que mencionas sino de toda la miríada de nuevas empresas que en diferentes sectores: industria, educación, salud, finanzas están apareciendo continuamente bajo este nuevo concepto.

-¿Qué ventajas e inconvenientes posee respecto a la forma de economía ortodoxa?

No creo que se pueda hablar de economía ortodoxa y otra heterodoxa. Las fronteras son muy permeables y seguramente en un futuro no muy lejano veamos estos modelos como normales y por tanto caeremos en la tentación de denominarlos ortodoxos.

Yo diría que es una actividad donde el usuario está en el centro, si no que es a la vez demandante y oferente. Para ellos se utilizan activos que están la mayor parte del tiempo ociosos y por tanto se aprovechan mejor los recursos. Además es necesario operar en unas condiciones de transparencia e información que garanticen la toma de decisiones.

Ahora mismo los inconvenientes están en la poca madurez del fenómeno y en las barreras regulatorias que impiden en muchos casos poder aprovechar su potencial, ya no sólo como consumidores sino como generadores de empleo y competitividad.

-En España se ha producido un incremento de la demanda del 25% de la economía colaborativa, ¿está asociada con la crisis? ¿Qué otros factores le afectan?

Antes de la crisis se produjo una evolución en los hábitos de consumo y de vida sobre todo del consumidor urbano así como un desarrollo tecnológico que facilitó la aparición de este tipo de plataformas de intercambio. Si asociamos estos factores en un contexto de crisis económica se produce un replanteamiento de nuestra forma de vivir.

-En lo que respecta a fiscalidad, ¿qué medidas legales cree que son necesarias implantar a nivel nacional?

A contrario de lo que se argumenta, estos modelos están en condiciones de ofrecer una trazabilidad fiscal a actividades que antes y ahora eran y son opacas a nivel de tributación. De hecho, consideramos que serán un elemento clave, junto con otros factores, en el futuro para combatir la economía sumergida éstos. No obstante, hay figuras fiscales hoy que no se ajustan a la realidad de esta nueva actividad como es la del autónomo, excesivamente rígida, disfuncional y poco eficiente, que deberían ser modificadas.

-Una armonización a nivel europeo de la economía colaborativa, ¿incrementaría su demanda?

La armonización a nivel europeo de todo lo que tiene que ver con Economía Digital crearía un escenario idóneo para que las empresas europeas crezcan y compitan a nivel global y por supuesto la demanda de estos servicios a través de las fronteras de la UE, pero la demanda está creciendo y va a seguir creciendo porque el consumidor así lo está deseando.

-¿Cómo se gestiona la economía colaborativa otros países? ¿En España se está en desventaja?

La economía colabortativa no se puede regular como un todo. Es un elemento que aparece en diferentes sectores, algunos más regulados y otros menos y su normativa será y debe ser sectorial. Pero hay elementos comunes a los que debe responder esa regulación, como ya ha apuntado en España la Comisión Nacional de Mercado para la Compentencia, CMNC: el interés común y la eliminación de barreras de entrada.

-Estas prácticas han suscitado quejas por parte de algunos sectores, ¿qué consejo le darías para que la economía colaborativa y en especial, el consumo colaborativo le afectase lo menos posible?

Dentro de este concepto hay modelos más controvertidos que otros y la fricción con sectores y agentes que operaban ya en algunos de estos sectores es normal. Lo que hay que plantearse es si este debate es fruto de una excesiva regulación en esos sectores y nos llevaría a preguntarnos en relación a esa regulación: ¿es realmente necesaria? ¿protege el interés común?

-De cara a los próximos años, ¿cuáles son los retos a los que se enfrenta?

Los mayores retos sin duda tienen que ver con el marco legal, muy particularmente en Europa, pero también con un cambio de mentalidad en las organizaciones e incluso en la administración. Estos entornos colaborativos no sólo actúan en el terreno de la economía sino en el conjunto de la sociedad.

-En 2011 la revista Time englobó esta 'tendencia' como una de las diez cosas que cambiarían el mundo, ¿hasta qué punto cree que ha cambiado las pautas de consumo dada su corta existencia?

Estamos en pleno proceso de cambio, pero desde luego este nuevo paradigma ha llegado para quedarse y evolucionar.

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