MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
El sector de la construcción tiene entre sus retos más inmediatos afrontar "importantes" carencias de capital humano y una creciente globalización, según advierte Kenny Ingram, director global de la industria de construcción y contratación de IFS.
Ingram señala que en cada continente las habilidades y la escasez de mano de obra están "golpeando duro", de modo que este mismo año podría forzar cambios "permanentes y decisivos" en cómo la construcción hace negocios y cumple con las demandas.
Así lo confirma la reciente encuesta mundial de construcción internacional de Turner & Townsend, en la cual 23 de los 43 mercados encuestados padecen este problema. Ante la escasez de capital humano, el aumento de los costes, la reducción de la calidad y una productividad deficiente, es el momento de decidir sobre el futuro de la industria.
Sin embargo, hay esperanza en la innovación, que puede permitir producir más activos con menos recursos, caso de la construcción modular. Se espera que esta tendencia aumente un 6% a nivel mundial para 2022. En Suecia, por ejemplo, el 84% de las viviendas unifamiliares construidas, utilizan elementos de madera prefabricados. Comparado con EE.UU., Australia o el Reino Unido, donde la cifra es solo del 5%, Suecia es prácticamente un líder mundial en cuanto a construcción modular.
También destaca Japón, donde alrededor de una cuarta parte de todas las casas nuevas están prefabricadas. Y mientras, en los países del tercer mundo ya se está considerando los prefabricados para cumplir con la escasez de viviendas y las limitaciones de costes.
Según IFS, este año se producirá una tormenta perfecta de factores (una fuerza de trabajo global envejecida, una falta de mano de obra y crecientes restricciones a la libre circulación de trabajadores) que comenzarán a acelerar de forma decisiva la adopción de la fabricación integrada en la construcción.
Ingram cree que los gobiernos, los organismos reguladores y la industria comenzarán a darse cuenta de que, si bien es importante incorporar a más personas a la industria, la solución más estratégica será cambiar fundamentalmente la forma en que se construye.
Sin embargo, advierte de que con la fabricación integrada en la construcción, el 10% de los contratistas tradicionales podría desaparecer en los próximos 5 años.
En cuanto a la globalización, IFS estima que aumentará en un 20% el carácter extranjero de los proyectos de construcción un 20% en cinco años. Actualmente, el 95% de los proyectos de construcción se llevan a cabo por firmas locales que trabajan con materiales locales, pero esto está cambiando.
En el caso de España, cuenta con siete de las 100 empresas de construcción más importantes del mundo. Si bien las dificultades económicas recientes del país acabaron con muchas empresas, el sector de la construcción en España se ha comportado notablemente bien. Una de las razones principales, según IFS, es que las empresas constructoras españolas a menudo se asocian globalmente y, por lo tanto, reducen los riesgos de exponer el negocio a los desafíos económicos internos. Aquí, la sólida tradición de empresas conjuntas y sociedades globales ha supuesto una poderosa ventaja competitiva.
La firma estima que las nuevas tecnologías también facilitan el trabajo. Con la impresión 3D, por ejemplo, los costes para material y los transportes largos están disminuyendo sustancialmente. Utilizando tecnologías como estas, las asociaciones se centrarán más en el intercambio global de competencias que en los transportes de larga distancia.
Para Kenny Ingram, aquellos jugadores que alcancen el equilibrio entre estas tendencias serán los "claros ganadores" en 2018.