MADRID 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un 93% de los españoles vería de forma positiva que se establecieran límites a los precios de los alimentos, con medidas similares a las implementadas en el ámbito de los combustibles o la energía, en el actual contexto de alza de precios de alimentación, según un reciente estudio elaborado por la consultora estratégica Oliver Wyman, que mide el sentimiento de los consumidores respecto a la compra de alimentos en seis países europeos.
En concreto, solo un 7% de los consumidores españoles cree que el Gobierno debería mantenerse al margen y rechaza la intervención en el estante del supermercado.
Respecto al formato de la intervención pública, un 45% se muestra a favor de fijar un precio máximo para una cesta de la compra básica, mientras que otro 45% propone establecer un tope porcentual al aumento de los precios medios de determinadas categorías de productos.
Además un 23% de los encuestados se ha mostrado partidario de que se permitan descuentos muy agresivos en los precios, incluso por debajo del precio de coste, mientras que un 7% cree que el Estado debería subsidiar los cheques de comida.
El informe confirma que el 93% de los consumidores españoles reconoce que ha modificado sus hábitos de compra de alimentos en el último año, debido a la inflación, por lo que se decantan por las marcas blancas o por adquirir productos en formato de ahorro o familiar o, incluso, por comprar más alimento fresco para cocinar en casa y evitar consumir fuera.
De esta forma, de todos los países analizados en el estudio, los consumidores españoles son los que más recurren a la marca blanca desde que comenzaron las actuales tensiones inflacionistas: más de la mitad (54%) reconoce este cambio en sus hábitos de compra a pesar de que la mayoría (seis de cada diez encuestados) considera que los productos de marca blanca se han encarecido de forma similar a las marcas comerciales tradicionales.
EL SUPERMERCADO GANA LA BATALLA POR EL CLIENTE
Según revela el estudio en relación a hace un año y de forma generalizada en Europa, los supermercados no solo se mantienen como el establecimiento de referencia para realizar la compra habitual de alimentos, sino que han reforzado su preeminencia y han logrado captar más clientes que su competidor más relevante, las tiendas de descuento.
Así, a pesar de que más del 40% de los consumidores europeos perciben que la brecha o la ventaja de precio entre las tiendas que venden alimentos con descuento y los supermercados se ha reducido en el último año (resultando menos atractiva la compra en los establecimientos de descuento), casi la mitad de ellos reconoce comprar más en supermercado ahora que hace un año (45,8% frente al 32,5% de hace un año).
"Los supermercados se han beneficiado tradicionalmente del argumento de la 'ventanilla única', ya que su gama de productos es tan amplia que maximiza la comodidad y conveniencia del cliente, que no tiene que repartir su tiempo de compra entre varios establecimientos. Ahora que la inflación ha llevado a los consumidores a priorizar el precio frente a otros factores, los supermercados están jugando la carta de sus propias marcas o marcas blancas, a precios más ajustados, y les está dando resultados positivos, llegando a duplicar su cuota de mercado respecto al año anterior", ha subrayado la responsable de Retail and Consumer Goods en Iberia, Beatriz Fernández.
Los resultados del estudio constatan que la actual coyuntura inflacionista ha impulsado al factor precio como el más determinante para el consumidor europeo a la hora de realizar la compra.
En España, la importancia que se otorga al precio es superior a la media europea y también lo es la sostenibilidad, mientras que la relevancia de la calidad está alineada con la del resto de consumidores europeos analizados.