MADRID 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
La secretaria del Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio de Australia, Frances Adamson, ha pedido explicaciones al embajador de China en el país, Cheng Jingye, después de que este amenazara con boicotear el consumo de vinos y otros productos australianos si Canberra insiste en investigar el origen de la pandemia de coronavirus.
Cheng, que alertó el lunes de las consecuencias que podría acarrear para el país insistir en la apertura de una pesquisa sobre el virus, ha rechazado las preocupaciones de Australia sobre sus comentarios y ha pedido al país que "deje a un lado las cuestiones ideológicas". Así, ha pedido "un mayor impulso de las relaciones bilaterales" entre los dos países.
El ministro de Comercio, Simon Birminghan, ha tildado los comentarios Cheng de "decepcionantes" y ha dicho que el Gobierno australiano no cambiará su postura sobre la necesidad de que se realice una pesquisa independiente.
No obstante, tanto el Gobierno australiano como el chino están tratando de reducir la tensión registrada durante los últimos días, tal y como han confirmado al diario local 'The Sydney Morning Herald' fuentes gubernamentales.
En este sentido, Canberra está tratando de mantener la perspectiva en el marco de la disputa y a pesar de las amenazas de Cheng contra el sector turístico o la agricultura.
Por su parte, las autoridades del gigante asiático han tratado de resaltar el carácter global del coronavirus en un intento de desviar posibles responsabilidades en relación con la pandemia, que ha dejado ya 212.221 muertos y más de 3 millones de casos confirmados en todo el mundo.
Respecto a la disputa con Australia, este mismo martes el periódico estatal 'The People's Daily' ha lanzado varios ataques contra el país y lo ha criticado por primera vez en dos años.
Además, ha acusado al primer ministro, Scott Morrison, de culpar a China de sus fracasos a nivel local mientras trata de "contentar" a Estados Unidos al ser "el matón de la región".