ALMERÍA 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
Cosentino ha reunido en Almería al chef Diego Gallegos, del restaurante Sollo, y a la arquitecta Adelina Salinas para debatir sobre el papel de la cocina doméstica en la sociedad actual con motivo de la presentación del estudio 'Global Kitchen, la cocina el corazón del hogar'.
En la sesión, moderada por David Baños, especialista en marketing y comunicación, han participado por parte de Cosentino, Santiago Alfonso, vicepresidente de Marketing y Comunicación, y Pilar Navarro, responsable de Comunicación en España.
Cosentino impulsa este segundo estudio Global Kitchen para complementar el primer informe en el que quedaron por perfilar algunos aspectos como la influencia de las RRSS en los hábitos de las personas, la sostenibilidad o los cambios sociales que están ocurriendo en la vida diaria.
En este segundo informe, se ha consultado sobre todos estos puntos tanto a consumidores como a expertos de diversas disciplinas.
Durante el coloquio los participantes han debatido sobre las cinco conclusiones del estudio que pasan en primer lugar porque la cocina forma parte de la cotidianidad de cada vez más hogares, "lo que demuestra su posición de centralidad en todas las culturas y que tiene sus consecuencias en su uso y diseño".
Para ello, se considera por encima de todo su funcionalidad para acoger de manera segura y práctica la labor del cocinado y se incorporan tecnologías que garanticen, por ejemplo, la higiene, la resistencia al calor o la durabilidad junto a otras actividades que le ceden el resto de las estancias.
Los participantes en el coloquio han resaltado que la cocina se ha convertido en un espacio para compartir y de convivencia con la familia y los amigos, siendo una tendencia que ha llegado para quedarse en el tiempo y que está cambiando el diseño de este espacio.
En segundo lugar, refleja que el binomio alimentación-salud, plenamente interiorizado, tiene también su reflejo en la cocina. La preocupación por un estilo de vida más saludable, tanto a nivel físico como mental, se constata en el interés por conocer tanto la procedencia como las propiedades nutricionales de los alimentos. A ello se añade la disminución en el consumo de alimentos procesados y precocinados.
Durante el coloquio se ha resaltado la importancia de la higiene como una de las dos preocupaciones a tener en cuenta en el diseño de la cocina.
Sobre como la conciencia medioambiental condiciona el uso de la cocina a todos los niveles también se ha debatido para concluir que se traduce, por un lado, en la progresiva transformación en los hábitos de compra y otros comportamientos ya que cada vez tienen menos cabida las bolsas y envases de plástico, ganan importancia el suministro a granel y los productos de temporada y proximidad.
Y por el otro, en que se convierte en el espacio en el que profundiza en la conservación y reutilización de alimentos para evitar su desperdicio.
En este terreno, Santiago Alfonso ha explicado "cada vez hay un convencimiento mayor en las personas sobre la necesidad de preservar el medio ambiente pero también la forma en que se generan los productos y las alimentos que consumimos".
"En Cosentino nos preocupa mucho la economía circular, prestamos la mayor dedicación posible, a través de la investigación, a productos que tengan un alto material reciclado, cuidamos mucho el bajo consumo de agua y también el uso de energía en los procesos productivos", ha dicho.
Según la arquitecta Adelina Salinas el usuario final "solicita tener cocinas cada vez más sostenibles". "Los arquitectos y diseñadores tenemos la suerte de contar con una amplia gama de materiales que tienen una investigación y un trabajo detrás en el que se valora mucho estos aspectos", ha trasladado mientras que el chef Diego Gallegos ha comentado por su parte que si se busca la excelencia y la sostenibilidad "comemos productos más sanos, más sostenibles y con eso vamos generando una cadena donde se van aportando ideas y llegando a un objetivo común que es ser lo más sostenible posible, la alta cocina no está reñida con la sostenibilidad".
El estudio señala, asimismo, que en la cocina del siglo XXI las redes sociales cobran protagonismo, incluso por delante de la domótica y dispositivos inteligentes y se convierten en motivo para pasar más tiempo en ella, explorando nuevos platos o recetas, convirtiéndose también en fuente de información sobre cambios en la dieta o descubrimiento de nuevos restaurantes, mediante blogs, Twitter, Facebook, Instagram o tutoriales de YouTube.
Según el chef Diego Gallegos las redes sociales "ayudan a fomentar la interacción entre cocinero y cliente". "Son herramientas de trabajo para promover la venta directa a posibles clientes que vengan a nuestros restaurantes y nos ayudan a que el cliente conozca lo que ofrecen nuestros platos", ha remarcado.
Por último, la cocina ha dejado de ser, "aunque lentamente, un espacio únicamente femenino". Así la mujer sigue siendo la figura encargada de la preparación y organización de las comidas duplicando el porcentaje masculino, si bien se observa un progresivo cambio fruto del reparto de las tareas domésticas.
Sin embargo, el reparto equilibrado sigue siendo una asignatura pendiente en las culturas mediterráneas en comparación con los países anglosajones.