MÉRIDA, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las desempleadas mayores de 55 años crecen un 133 por ciento en Extremadura durante la última década, según el VI Informe "#Empleoparatodas: Mujer en riesgo de exclusión en el mercado laboral", realizado por la Fundación Adecco, en colaboración con seis empresas "comprometidas" (Grupo Red Eléctrica, ThyssenKrupp, Enagás, Makro, Aqualia y Naturgy).
Además, en Extremadura, el índice de pobreza y/o exclusión social alcanza al 44,8 por ciento de las mujeres, cifra que sitúa a la región a la cabeza en pobreza y que supera a la nacional, del 27,1 por ciento.
También, las mujeres con discapacidad también están especialmente expuestas a la pobreza, de tal modo que a pesar de que su contratación en Extremadura se ha incrementado un 6 por ciento durante el último año, su índice de pobreza general se ha incrementado hasta el 31,5 por ciento.
Su concentración mayoritaria en empleo protegido (Centros Especiales de Empleo) "no" les preserva de la pobreza, sino que puede "ensanchar" la brecha con el resto de los profesionales, informa Adecco en nota de prensa.
MUJERES MAYORES DE 55 AÑOS
El informe apunta, igualmente, que el último año se cerró con cifras positivas para el desempleo femenino en Extremadura, con un 2,6 por ciento menos de desempleadas que en el año 2017, y las desempleadas mayores de 55 años no han sido ajenas a esta tendencia y su número de paradas ha descendido un 20%.
Sin embargo, si se estudian las cifras con perspectiva y en comparación con hace una década, frente al crecimiento de desempleadas del 39 por ciento, a nivel general, las mayores de 55 años han crecido en una proporción mucho mayor (+133 por ciento), señala el informe.
Asimismo, el estudio considera "llamativo" el incremento de la participación en el empleo de las mujeres mayores de 55 años, a raíz de la crisis económica. Así, en Extremadura la tasa de actividad entre las mayores de 55 años ha crecido del 17 al 20 por ciento durante el último año y en 2008 alcanzaba apenas el 8 por ciento.
Sin embargo, "muchas" de las que se incorporan a la búsqueda de trabajo, lo hacen directamente al desempleo, ante un mercado competitivo que "sigue discriminando" por sexo y edad y en el que, "a menudo tienen dificultades para encajar sus competencias".