PARÍS 28 May. (EUROPA PRESS) -
Air France-KLM se ha marcado como objetivo mejorar en un 20% su eficiencia energética para el año 2020 por pasajeros y milla volada en comparación con el año 2011, en el marco de su nueva estrategia de desarrollo sostenible, que girará en torno a cuatro pilares: medio ambiente, experiencia del empleado, confianza en el cliente y valor social, que integrará en todas sus actividades.
El grupo franco-holandés ha aprovechado hoy su junta de accionistas para presentar el informe de desarrollo sostenible correspondiente de 2018, elaborado por el comité creado para ello, y los ejes de su política medioambiental con la que espera contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Nacionales Unidas para la Agenda 2030.
El plan contiene medidas como el uso de energías limpias, consumo y producción responsable, trabajo decente, así como medidas relacionadas con la lucha con el cambio climático. En cuanto a la reducción de emisiones de CO2, el objetivo es reducir en un 21,6% las mismas de cara a 2020 en comparación con 2011.
Dentro de estos ámbitos, la reducción de la huella sonora es un tema prioritario de su política medioambiental del grupo, para mantener el nivel de ruido en una tasa aceptable para las personas que viven cerca de los aeropuertos donde opera. En este aspecto, su objetivo es reducir en un 35% la huella sonora para 2020. Desde el año 2000 hasta hoy, su huella de ruido se ha reducido en un 42%.
Asimismo, espera reducir 4,3 millones de toneladas de CO2 con medidas de eficiencia para el próximo año en comparación con el año 2011. Su flota, integrada por 548 aviones, ronda una edad media de 11,3 años.
COMBUSTIBLES ALTERNATIVOS.
En materia de combustible, el grupo recuerda que KLM ya ha usado más de 1.300 toneladas de combustibles alternativos de usos sostenible. Además, la aerolínea holandesa pretende reducir en un 50% la cantidad de residuos en 2030 (en comparación con 2011). En 2018, la cantidad de residuos se redujo en un 9%.
Air France y KLM han demostrado la viabilidad de volar con combustible alternativo. El grupo franco-holandés defiende que el uso de este tipo de combustible podría ayudar a reducir las emisiones de CO2 hasta el 80% en comparación con un combustible clásico de aviones.
El grupo quiere estimular el mercado de los biocombustibles de aviación y ambas compañías continuarán apoyando las asociaciones con proveedores, aeropuertos y socios logísticos, socios industriales para aumentar los volúmenes de suministro en biocombustible.
También se han adoptado medidas vinculadas a la economía circular, como la reutilización de ciertos productos como los auriculares que se ofrecen a bordo y medidas de ahorro como acceso a prensa digital.
Según la memoria correspondiente a 2018, el 95% de los empleados han completado la formación desarrollada por la compañía en su estrategia empresarial, que busca garantizar el acceso a la formación, asegurar la viabilidad de las habilidades y controlar el equilibrio económico en la plantilla, con una media de 39,7 horas de formación por empleado al año.