MÁLAGA 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El investigador del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Universidad de Málaga (UMA) La Mayora y profesor de la UMA, Diego Romero, ha estudiado junto a su equipo la evolución de dos especies bacterianas beneficiosas para la sostenibilidad de cultivos, "que hasta el momento se pensaba que se inhibían entre sí", y han demostrado que "ambas han evolucionado hasta la coexistencia abriendo las puertas a su combinación para la mejora de cultivos".
Romero ha señalado a través de un comunicado del IHSM que "lo que en principio parecía una relación negativa se puede convertir en una relación de coexistencia perfectamente" y que con este trabajo se ha conseguido describir "la diana de un antibiótico producido por una de ellas y conocer la acumulación de mutaciones en rutas metabólicas que son claves para la vida y que no afectan a su funcionalidad pero sí permiten la capacidad de resistir el ataque de la competidora".
"Se ha pasado de una situación en la que estas dos bacterias se sabe que coexisten en la naturaleza, pero ahora se conoce cómo se pasa de la inhibición inicial de ambas a una situación de coexistencia", ha indicado Romero, añadiendo que desde el punto de vista básico es "apasionante ver las estrategias que han utilizado cada una de las especies para adaptarse a esa lucha química o 'chemical warfare'".
Este trabajo tiene una aplicación directa en la agricultura ya que se ve claramente que ambas bacterias, que contribuyen a la salud de la planta, pueden ser utilizadas en el modelo de agricultura sostenible gracias a esta coexistencia con métodos como "fraccionar los tratamientos sin solaparse, algo que te permite jugar con ellas y establecer la mejor estrategia para poder aplicarlas y así potenciar esa contribución beneficiosa sin que haya perjuicio entre ellas".
La investigación, publicada en Cell Report, es la continuación de un trabajo anterior publicado en 2019 en el que se estudiaron los elementos estructurales de ambas para luego dar paso a este artículo en el que se analiza la lucha química entre ellas. "En global, nos ha permitido tener una visión más acertada sobre los papeles que desempeñan la matriz extracelular bacteriana y qué papel tienen los metabolitos secundarios", ha destacado Romero, que ha explicado que parte de los trabajos se han realizado en cucurbitáceas (plantas de melón).
Con este estudio se ofrece "un enfoque pluridisciplinar a una pregunta biológica", aportando una visión completa de lo que está ocurriendo en la relación de ambas bacterias. Romero ha detallado que este trabajo se ha basado en el estudio de las interacciones a nivel microscópico, algo que "rompe con ese esquema de la ciencia aislada, en la que no se estudia el contexto y los factores que afectan a las interacciones microbianas y su crecimiento".
Este trabajo ha sido realizado bajo la dirección de Diego Romero y los investigadores del IHSM La Mayora del departamento de Microbiología y Protección de Cultivos Carlos Molina, Ana Isabel Pérez-Lorente, Luis Díaz-Martínez, David Vela-Corcía, y Antonio de Vicente en colaboración con la Universidad de California (EEUU) con Pieter C. Dorrestein, Andrés Mauricio Caraballo-Rodríguez y Daniel Petras y el Centro Andaluz de Nanomedicina y Biotecnología (Bionand) con John Pearson.