MADRID 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Sección de Medio Ambiente de la Fiscalía de Madrid ha remitido a los juzgados de instrucción de Collado Villalba y San Lorenzo de El Escorial varias denuncias interpuestas por diversas organizaciones ecologistas para que se investiguen a los gestores de cotos de pesca intensiva por sueltas de miles de truchas exóticas sin autorización.
Así consta en varios decretos de diciembre y enero, a los que ha tenido acceso Europa Press, en los que la fiscal jefe de Madrid, María Pilar Rodríguez, solicita que se repartan las denuncias y se proceda la apertura de un procedimiento penal.
En diciembre de 2017, la Asociación Ecologista del Jarama 'El Soto', Ecologistas en Acción, Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, Grupo de Acción para el Medio Ambiente y Jarama Vivo denunciaron a los gestores de los cotos de pesca de Manzanares el Real (río Manzanares), La Jarosa (embalse del mismo nombre), Santa María de la Alameda (río Cófio) y Molino de la Horcajada (río Lozoya), por delito continuado contra la fauna.
En concreto, ha presentado cuatro denuncias ante la liberación de gran cantidad de ejemplares de truchas arco iris en las cabeceras de los ríos madrileños, "sin ninguna autorización ni conocimiento de la Comunidad de Madrid".
Ecologistas en Acción ha explicado en un comunicado que los hechos se remontan al primer semestre de 2016. Durante aquellos meses, según la organización, "hasta 37 camiones cisterna se desplazaron hasta los tramos de cabecera de los ríos Lozoya, Guadarrama, Cofio y Manzanares para soltar miles de ejemplares de truchas arco iris (Oncorhynchus mykiss) con destino a varios cotos de pesca intensiva gestionados por asociaciones privadas de pescadores".
Según los ecolosgistas, la liberación de ejemplares de esta especie piscícola originaria de Norteamérica ha sido habitual desde hace años en la Comunidad de Madridhasta que en junio de 2016 se declaró en la Comunidad de Madrid especie invasora por sentencia del Tribunal Supremo, prohibiéndose entonces estas prácticas.
La suelta de estos ejemplares se llevaba a cabo en los llamados cotos de pesca intensivos o consorciados, situados en los tramos mejor conservados de las cabeceras de los ríos mencionados, la mayoría de ellos formando parte de espacios de la Red Natura y otras figuras de protección.
Los cotos intensivos constituyen la principal oferta de actividad piscícola en la Comunidad de Madrid, mientras, según apunta la asociación, que "en la mayoría de las regiones de España son marginales y ocupan tramos medios o bajos de los ríos, menos críticos para la conservación de especies vulenrables como la trucha común autóctona".
El funcionamiento de estos cotos de pesca consiste en la compra periódica (semanal o quincenal) de truchas arco iris en piscifactorías comerciales, y su suelta en los ríos para ser pescadas por aficionados, previo pago de un permiso para extraer un cupo. Estas sueltas deben ser autorizadas por la administración ambiental y chequeadas para descartar enfermedades o cualquier otro problema.
Las organizaciones ecologistas consideran urgente poner fin a este modelo de explotación de los ríos madrileños, especialmente en sus tramos mejor conservados.
A su juicio, la pesca y otras actividades intensivas deberían someterse a la prioridad de conservación del medio, poniendo en marcha urgentes medidas de recuperación de las escasas poblaciones de trucha común.