Publicado 03/12/2024 18:06

Greenpeace coloca en varios museos piezas falsas para denunciar la agricultura familiar "en peligro de extinción"

Greenpeace coloca en varios museos piezas falsas para denunciar la agricultura familiar "en peligro de extinción"
Greenpeace coloca en varios museos piezas falsas para denunciar la agricultura familiar "en peligro de extinción" - GREENPEACE

   MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Activistas de la organización Greenpeace han colocado en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, así como en el Museo de la Evolución Humana (Burgos) y en el Museo Arqueológico de Almería, una pieza con un texto en el que se puede leer 'Agricultura familiar ¿en extinción?', para denunciar la desaparición de este modelo de agricultura.

   Así, las piezas han sido colocadas en las paredes de los citados museos este martes, 3 de diciembre, donde se han situado unas losas de piedra caliza con restos de pinturas rupestres que representan a una familia de personas agricultoras y ganaderas trabajando la tierra.

   Con esta acción, la organización avisa del riesgo al que se enfrenta la agricultura familiar y reitera que de ella depende "la sostenibilidad" del medio rural y la alimentación futura de la población.

   En ese sentido, recuerda que la agricultura familiar y social representa el 60% de la agricultura española, según datos proporcionados por Greenpeace en un comunicado, aunque explica que desde el pasado 2007 ha disminuido un 36%, dando paso a nuevos modelos de producción de agricultura "altamente capitalizados" que no tienen a agricultores.

   Por eso, aseguran que este nuevo modelo, que está concentrado en manos de corporaciones agrícolas, implica "problemas sociales, económicos y éticos" vinculados a la pérdida de empleos rurales, a la concentración de la producción y distribución alimentaria.

   En paralelo a la agricultura que Greenpeace defiende están las "mega explotaciones", que se habrían duplicado desde 2007 y que, a pesar de que representan un 7% del total, constituyen ya la mitad de la producción económica total en 2021.

   "Lo que indica una concentración del poder económico en manos de relativamente pocas empresas. Una tendencia extendida en toda Europa que pone en peligro el trabajo de muchas familias, asociaciones y cooperativas de pequeña escala, la calidad de nuestra alimentación y constituye también un peligro para la preservación de las zonas rurales y el medio ambiente. Solo desde 2007 estas pequeñas explotaciones perdieron 287.000 puestos de trabajo", continúa la ONG.

   Por eso, Greenpeace reclama que la futura ley de agricultura familiar proteja a la pequeña agricultura familiar y social, e incorpore elementos como la creación de un banco público de tierras para evitar el "acaparamiento, concentración y especulación" de tierras, recursos y alimentos; impulse la asistencia técnica y capacitación con la figura del extensionista agroecológico, fomente la promoción de la venta directa, e incluya incentivos para aquellos producciones que implementen prácticas agroecológicas.

   "Nosotros creemos en el poder de resistencia de nuestra pequeña agricultura. Creemos no solo en su capacidad de resistencia sino en su capacidad de innovación y adaptación, pero hay que apoyarla porque el contexto y los enemigos son muy poderosos (...) Es urgente que se garantice la supervivencia de la agricultura familiar y social y una de las herramientas para ello tiene que ser la Ley de agricultura familiar. Pedimos al ministro Luis Planas que cumpla su promesa y lidere esta ley para defender a las pequeñas producciones. Es una cuestión de justicia social y ambiental que frenemos el acaparamiento agroindustrial y de fondos de inversión", ha afirmado la responsable de sistemas alimentarios sostenibles de Greenpeace España, Helena Moreno, en un comunicado.

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