MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
La adolescente sueca Greta Thunberg se ha convertido en el icono mundial del activismo contra el cambio climático. Pero también otras jóvenes, como Nohelia, de 15 años y procedente de Perú, han emprendido una lucha reivindicativa por la igualdad real entre hombres y mujeres. "No es justo que las niñas sigamos sufriendo las cadenas de los estereotipos. Tenemos que romperlas, tenemos que cambiar las reglas", sostiene.
Con motivo del Día Internacional de la Niña, que se celebra el 11 de octubre, Nohelia ha venido a España como embajadora juvenil de Plan International, una ONG de ayuda a la infancia. Ella y Aracely, de 16 años y también de Perú, participan en proyectos de liderazgo contra los estereotipos de género.
Llevan una semana con la agenda completa de actos para visibilizar la lucha por la igualdad. El pasado martes, acudieron al Congreso en el marco de la campaña '#AsuntosPendientes' impulsada por Plan International para reclamar medidas que acaben con la desigualdad que sufren las niñas en ámbitos como la educación o el trabajo y que las protejan frente a la violencia.
Nohelia viene de Cusco (Perú) y tiene claro que el activismo es clave en esta lucha. Según relata en una entrevista con Europa Press, en su comunidad son 30 las jóvenes que se han organizado para promover la igualdad de género y la prevención de los embarazos adolescentes.
"Se vulneran los derechos de niñas y adolescentes, hay acoso sexual a chicas, no tienen libertad de ir por las calles ni a un parque porque pueden ser acosadas. Muchas son violadas sexualmente. Allí no podemos hablar de derechos sexuales y reproductivos", subraya, al preguntarle por la situación en su país.
Según cuenta, allí es habitual ver a chicas de 12 o 13 años con hijos. "Es un problema que afecta a las chicas y a las sociedad, porque esas chicas dejan de ir a la escuela porque tienen que ir a la escuela", lamenta.
Nohelia asegura que con la ayuda de organizaciones públicas o privadas "se logran cambios, pero pequeños". En su país, según recalca, se sigue sin escuchar la voz de las niñas y "no existen espacios de poder ni de liderazgo".
"Por eso vamos más allá, conectándonos por redes sociales y también haciendo que las niñas sean respetadas y reconocidas en su pleno derecho --destaca-- Si no nos organizan, nos vamos a organizar para cambiar y romper los estereotipos que nos limitan y vamos a luchar", incide.
De hecho, las activistas jóvenes de Perú van a tratar de convocar movilizaciones el próximo 23 de noviembre para que "todas las niñas y mujeres indígenas" se involucren en esta lucha. Allí las manifestaciones como la de 8 de marzo no son tan masivas, según afirma Nohelia, reivindicando la importancia de que toda la sociedad y más concretamente los hombres se incluyan en la lucha por la igualdad.
"YA ES HORA DE QUE NOS ESCUCHEN"
En este sentido, su compañera Aracely relata a Europa Press que en su país las movilizaciones se dan sobre todo en el ámbito universitario. "Las jóvenes salen a las calles, plazas, con sus pancartas para hacer respetar sus derechos. Quieren tener voz y voto y quieren estudiar", apunta.
Pero hasta ahora, el Gobierno se limita a "escuchar sus reclamaciones, pero no actúa", tal y como denuncia. "No queremos que nuestra voz sea escuchada durante un momento, sino que se reflexione acerca de que ya es hora de que las mujeres seamos incorporadas en la sociedad del siglo XXI", remarca. "¿Hasta cuándo vamos a tener que salir con pancartas o a luchar para ser reconocidas por nuestras capacidades y habilidades?", se pregunta.
En su opinión, las mujeres tienen "cualidades para poder decidir, para desempeñar distintas carreras profesionales, para poder ser parte de la sociedad, ser integradas y tomar sus propias decisiones". "En Perú hay desigualdad y son inferiorizadas, por eso queríamos venir a España para dar a conocer nuestra situación allí", apostilla, para después insistir en que la discriminación de la mujer "es un problema mundial" ya que en muchos países las mujeres todavía "no pueden decidir ni liderar su futuro porque las oprimen".
Ella estudia mecánica automotriz en Perú, junto a otras 19 mujeres y a 43 varones, gracias a una beca de Plan International que, según afirma, "está rompiendo totalmente los esquemas y estereotipos" en el país al facilitar la inserción de las mujeres en campos profesionales históricamente ocupados por hombres. "No es fácil el día a día, es complicado tratar con hombres que creen que las mujeres no pueden desempeñar este trabajo", confiesa.
Pero confiesa que ha percibido "cambios" en la mentalidad de sus compañeros y de sus profesores. "Han cambiado la mentalidad, al principio siempre dudaban de nosotras y de cómo haríamos las actividades de mecánica. No nos dejaban porque decían que nos podíamos lastimar", declara, rechazando esa actitud que, según destaca, hacía que las jóvenes se sintieran "inferiores" y "nada partícipes".
"Ahora es diferente, ya no nos minimizan", asevera, para después agregar que incluso los profesores animan a las chicas a "seguir estudiando". "Es hermoso saber que la carrera no solo te beneficia, sino que también ayuda a cambiar la mentalidad de las personas", concluye.