SANTA CRUZ DE TENERIFE 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
El volcán de La Palma, cuya erupción cumple hoy 18 días, ha afectado a un total de 93,4 hectáreas de cultivos, de las cuales 35,6 ha se corresponden con explotaciones plataneras, unas 73 fanegadas; 32,9 ha, con viñas; 6,7 ha, aguacate, y el resto, con otros cultivos.
Estos datos han sido dados a conocer en rueda de prensa por el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, quien ha indicado que, hasta el momento, la superficie afectada por las coladas es de casi 422 hectáreas, 1,81 ha más que ayer, y la anchura máxima de la colada se mantiene en 1.250 metros.
Por su parte, la portavoz del Comité Científico del Pevolca, María José Blanco, informó de que la erupción fisural continúa mostrando su mecanismo estromboliano con fases explosivas y efusivas que se alternan y simultanean, y el Índice de Explosividad Volcánica (VEI, por sus siglas en inglés), sigue teniendo un valor de 2.
Asimismo, siguen activos los centros de emisión del cráter principal y los situados en los laterales del cono, y no se descarta la aparición de nuevos centros de emisión, siempre en el entorno del cono existente. Además, se ha construido un tubo lávico que favorece el drenaje desde el centro de emisión principal hasta el mar, y se ha observado la apertura de unas zonas de fisuras a unos 100 metros al noroeste de los centros que ya están inactivos con emisión de gases y suelo a altas temperaturas.
El delta lávico o fajana continúa su crecimiento, extendiéndose en dirección norte-sur. Continúa el penacho marino a lo largo del borde del delta de lava, produciendo nubes de vapor de agua y ácido clorhídrico que se concentran en un pequeño volumen alrededor del contacto. La afección del delta lávico a la columna de agua del medio marino en algunos parámetros físico-químicos y biológicos alcanza profundidades de 250 metros y una distancia de 500 metros desde el frente de la fajana.
La morfología del cono cambia de manera reiterada por los sucesivos procesos de crecimiento y reconfiguración. De igual forma, el proceso eruptivo puede mostrar episodios con un pulso de actividad freatomagmática y la altura medida hoy de la columna de cenizas y gases es de 3.000 metros.
En cuanto a las condiciones meteorológicas, se prevé un descenso de la altura de la inversión térmica, que pasará de 1.200 a 900 metros, y un aumento de la estabilidad en niveles bajos de la atmósfera. Este aumento, unido con el régimen de brisas predominante en costa oeste, son condiciones desfavorables desde el punto de vista de calidad del agua.
A niveles superiores, entre 1.500 y 5.000 metros, el viento girará a sur-suroeste durante el día de hoy. Esta configuración del viento dispondrá la nube de cenizas y dióxido de azufre en dirección suroeste-nordeste desde el foco eruptivo. Por tanto, las vertientes más afectadas por la caída de cenizas serían las vertientes este y norte de la isla. La disposición prevista de la nube de cenizas podrá afectar también a la operatividad del Aeropuerto de La Palma.
En cuanto a los datos geofísicos, la sismicidad continúa localizada en la zona donde se produjo en los días 11 y 12 de septiembre, a profundidades entre 10 y 15 km. Además de esta sismicidad a profundidad intermedia, se registran terremotos a profundidades mayores de 20 km, con un incremento en el valor de sus magnitudes. En las últimas 24 horas ha disminuido tanto el número de sismos como la magnitud máxima observada. El de mayor magnitud alcanzó 3.7, siendo sentido con intensidad III. El nivel de sismicidad actual sigue indicando que es posible que se produzcan más sismos sentidos, pudiendo originar pequeños derrumbes en zonas de pendiente. Las deformaciones en las estaciones más cercanas al centro eruptivo no muestran ningún patrón significativo.
Durante el día de ayer, la emisión de dióxido de azufre (SO2) asociado al penacho alcanzó un valor de 5.849 toneladas diarias. María José Blanco precisó que este valor está subestimado respecto al real, porque no se puede circunvalar totalmente el penacho volcánico. Asimismo, la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) medido el 3 de octubre asociado a toda la zona de Cumbre Vieja tiene un valor de 1.650 toneladas diarias. La emisión de CO2 en la estación de Los Llanos refleja que tiene un origen más profundo que la medida en la estación de Fuencaliente, y estas medidas son coherentes con el actual proceso eruptivo.
VIGILANCIA DE LA CALIDAD DEL AIRE.
Desde el inicio de la erupción se ha reforzado la red de vigilancia de la calidad del aire existente en la isla con la incorporación de dos nuevas estaciones en Los Llanos y El Paso. Se ha realizado el seguimiento de determinados contaminantes indicativos de la calidad del aire, con especial atención al dióxido de azufre a niveles en los que se respira y las partículas menores de 10 micras (PM10), contaminantes principales emitidos por el volcán.
Como consecuencia de las emisiones procedentes del volcán se han producido episodios con concentraciones altas de partículas PM10 y CO2 registrados en las nuevas estaciones pero que no han supuesto un riesgo para la población. En los últimos días las condiciones meteorológicas han sido favorables y se han reducido los valores de SO2 y partículas menores de 10 micras, encontrando valores muy inferiores a los umbrales tanto en uno como en otro.
María José Blanco ha indicado que aún se continúa trabajando para tener más información sobre la calidad del aire, como por ejemplo, los metales que contienen las partículas PM10, y actualmente se está a la espera de los resultados del laboratorio para poder evaluarlas. Igualmente, en los próximos días se va a iniciar una campaña de medida de ácido clorhídrico en las poblaciones potencialmente afectadas por el penacho marino.
Por último, se han ordenado las obligaciones y recomendaciones a la población, pero siguen siendo las mismas en cuanto al penacho marino, las coladas lávicas y la caída de piroclastos, haciendo hincapié en que sigue siendo imperativo el respeto de las zonas de exclusión para mantener la integridad de las personas.