MADRID 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 92 % de los niños y niñas a los que Aldeas Infantiles apoyó en el pasado tienen relaciones familiares y redes de apoyo sólidas y cuidan bien a sus hijos e hijas. Asimismo, el 59 % de los menores han logrado ser autosuficientes a través de la educación y el empleo, les va bien en el terreno laboral y se ganan la vida holgadamente.
Igualmente, siete de cada diez tienen cubiertas sus necesidades básicas de vivienda, alimentación, seguridad y atención médica y el 82% han encontrado el bienestar social y emocional y están a salvo de discriminación y otros daños.
Estos son los datos que se desprenden de la evaluación que ha realizado la organización con motivo de su 75 aniversario para evaluar su impacto para lo que han realizado entrevistas a 4.500 exparticipantes en los programas de la organización en todo el mundo, así como de estudios propios.
La organización cumple 75 años desde su constitución en Austria en 1949 para cambiar el modelo de cuidado de niños a cargo de macroinstituciones. Desde entonces, a nivel mundial, la organización de atención directa a la infancia atendió en 2023 a casi tres millones de personas en 136 países y territorios. En España, Aldeas lleva 57 años acompañando a la infancia y las familias en situación de vulnerabilidad y en 2023 atendió en España a 27.544 niños, niñas, jóvenes y familias.
A nivel mundial Aldeas Infantiles SOS atendió el pasado año a 2.993.600 niños, niñas, jóvenes y familias a través de sus programas de cuidado alternativo, prevención y fortalecimiento familiar, educación, salud y de acción humanitaria.
La filosofía de la organización ha permanecido inalterable en estos 75 años y le ha permitido "evidenciar" que cuando los niños pierden el cuidado de sus padres, "un cuidado alternativo de calidad, unido a políticas preventivas de fortalecimiento familiar, consiguen redirigir vidas, romper el ciclo generacional de separación y ofrecen beneficios a la sociedad a largo plazo".
Al mismo tiempo, Aldeas no ha dejado de evolucionar, sumando a sus programas de acogimiento los de prevención, para evitar la separación de padres e hijos, y los de apoyo a los jóvenes, para continuar acompañándolos en su proceso de emancipación e independencia hasta su plena integración en la sociedad.