Alejandra Escalada, cooperante de Manos Unidas en Senegal
MANOS UNIDAS

   MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

   -¿Desde cuándo trabajas como cooperante y por qué elegiste esta profesión?

   Llegué a Senegal a principios de 2015 y, aunque es mi primera experiencia como cooperante, ya había trabajado aquí en 2007 con la AECID.

   Llevo vinculada al mundo de la cooperación desde 2004 pero es algo que, de siempre, me ha interesado, pues viendo todas las desigualdades y las dificultades que se sufren en el mundo, sentí la obligación moral de hacer todo lo posible por paliar estas situaciones.

   -¿En qué países has trabajado?

   He tenido la suerte de ser responsable de muchos proyectos que me han ido llevando a multitud de países a lo largo del mundo: El Salvador, Honduras, República Democrática del Congo, Camerún, Chad, Mauritania, Colombia, Brasil y Senegal. Todos con contextos y situaciones muy diferentes pero con una cosa en común: las ganas de su gente de apostar por su futuro y con un gran compromiso para mejorar sus condiciones de vida.

   -¿Qué labor realizas actualmente en Senegal para Manos Unidas?

   Mi trabajo se centra fundamentalmente en hacer el seguimiento de las actividades que desarrollamos en terreno para asegurar que todo se hace cumpliendo la normativa tanto de la AECID como de Manos Unidas. Otra parte importante es el tiempo que dedico a mantener las relaciones con los socios locales y la población así como el contacto permanente con mis compañeros de la oficina en Madrid para explicarles todo lo que sucede.

   -¿Cuál es el principal frente allí en estos momentos, la principal dificultad, el sector que más ayuda necesita?

   En Senegal hay muchas necesidades por la falta de acceso a los servicios más básicos (agua corriente, electricidad, salud, higiene, educación) pero, en nuestra zona, hemos diagnosticado que la principal necesidad es la falta de una alimentación adecuada, lo que influye negativamente en la salud y el desarrollo de las personas y no les permite romper el círculo de la pobreza.

   Por eso trabajamos en agricultura, instalando sobre todo huertos comunitarios y dando facilidades de acceso al agua con pozos que incluyen una bomba de extracción a través de paneles solares. En estos huertos, son mayoritariamente las mujeres las que trabajan por lo que aprovechamos también para mejorar sus condiciones de vida a través de sensibilizaciones en las comunidades sobre derechos de las mujeres, lucha contra la violencia de género y refuerzo en participación social.

   De esta manera, nuestro trabajo se suma a los esfuerzos que Manos Unidas está realizando a través de la Campaña que tiene como lema 'El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida', porque en Manos Unidas creemos firmemente que se puede erradicar el hambre si conseguimos una producción de alimentos centrada en satisfacer el consumo humano (no en la especulación), que sea sostenible, que sea respetuosa con el medio ambiente y evite el desperdicio.

   -En la última década, los fondos para la cooperación española se han recortado en más de 2.000 millones de euros. ¿Cómo ha afectado esta reducción a tu trabajo en Senegal?

   El resultado de los recortes en cooperación es que cada vez es más difícil conseguir los fondos para llevar a cabo proyectos. Proyectos que son muy necesarios. Es cierto que ha aumentado la precariedad en España pero creo que no son situaciones comparables. Y para cambiar esta tendencia considero que tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para mostrar a la población en España nuestro trabajo y en qué invertimos el dinero que nos da tanto el gobierno español como nuestros donantes. Testimoniar que realmente los proyectos que desarrollamos sí funcionan y que, aunque las necesidades son muchas, las ganas de trabajar de la gente y de salir adelante también. Pero, para ello, necesitan nuestro apoyo.

   -En estos momentos, la AECID está preparando el nuevo Plan Director para los próximos cuatro años, ¿qué pedirías que se incluyera en este plan (algo que faltara en el anterior, alguna prioridad...)?

   Mi opinión personal es que creo que el Plan Director tiene que ser una herramienta que nos sirva para conocer cuáles son las prioridades de la Cooperación Española pero de una manera coherente pues no puede depender del partido político que gobierne en cada momento. Es decir, tiene que haber decisiones de base que sean estables y que se mantengan en el largo plazo pues los compromisos de desarrollo establecidos no se pueden conseguir en cuatro años. También considero que debe haber una mayor colaboración con otros actores de la cooperación (por ejemplo, la Unión Europea). Por último, creo que tampoco puede ser una herramienta que busque nuestro crecimiento económico.

   -En los últimos años está aumentando el número de cooperantes españoles, ¿a qué crees que se debe este interés por la cooperación a pesar de que también entraña sus riesgos?

   No lo sabía pero es una buena noticia. Supongo que será porque, en este mundo globalizado, cada vez nos sentimos más conectados, lo que supone que nos afectan los problemas de los demás y nos sentimos urgidos a hacer lo que esté en nuestra mano para resolverlos. Estoy convencida que juntos, si todos ponemos de nuestra parte, tanto desde allí como desde aquí, lo conseguiremos.

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