MADRID 21 May. (EUROPA PRESS) -
Un total de 2,2 millones de niños viven por debajo del umbral de la pobreza en España (menos del 60 por ciento de la mediana de los ingresos anuales por hogar). Esta cifra supone 205.000 menores más que hace dos años, según el informe 'Infancia en España 2012-2013' presentado este lunes por Unicef España, que alerta de que por primera vez los menores se convierten en el colectivo más pobre en el país y en el más afectado por la crisis económica.
En este sentido, subraya que la pobreza infantil, estabilizada durante años en torno al 24 por ciento de la población menor de edad, ha superado el 26 por ciento, un porcentaje que está casi cinco puntos por encima de la media nacional en 2011 y que nunca se había alcanzado para esta franja de edad desde que existe la Encuesta de Condiciones de Vida (2004).
Entre los datos que recoge el informe, destaca que el número de hogares con niños con todos sus miembros adultos sin trabajo ha crecido un 120 por ciento entre 2007 y 2010, casi dos veces más que el total de hogares. Este dato demuestra, según la organización, que el impacto de la crisis es más fuerte en las familias con niños, detectándose casos de un empeoramiento de las condiciones de vida, que puede afectar a la calidad de la alimentación, a la convivencia y a las relaciones entre padres e hijos.
En cuanto a persistencia e intensidad de la pobreza, la pobreza crónica ha aumentado en un 53 por ciento en tres años (aquellos que llevan tres de los cuatro últimos años bajo el umbral de la pobreza). Otro dato destacable es que en 2010 el 13,7 por ciento de los niños vivía en hogares con un nivel de pobreza alta (familia con dos niños menores de 14 años con ingresos inferiores a 10.983 euros anuales), siendo la cifra más elevada de todos los países de la Unión Europea de los 15, y sólo por debajo de Rumanía y Bulgaria en la Europa de los 27.
"Se hace imprescindible mirar más allá del corto plazo, analizando detenidamente el posible impacto presente y futuro de las decisiones que se tomen en cada momento", concluye la organización. Además de proteger la inversión en la infancia, UNICEF aboga por una mejora de la calidad, la eficiencia y la coordinación de las políticas destinadas a la infancia.
"Los costes de no actuar ahora no sólo afectan a los niños y las familias más vulnerables de forma inmediata, sino que comprometen el crecimiento y el bienestar de toda la sociedad a medio y largo plazo", enfatiza.
RECUPERAR EL ROSTRO HUMANO
Por ello, la organización propone recuperar el rostro humano del impacto que la crisis económica esta suponiendo en la infancia, cuando son los últimos responsables de esta coyuntura y los que menor capacidad tienen para enfrentarse a sus consecuencias.
Es necesario, a juicio de Unicef, proteger las inversiones destinadas a la infancia; poner a los niños y sus familias en el núcleo de las decisiones políticas; mejorar la coordinación, la eficacia y la coherencia en la gestión de la salud, la educación, la protección de la infancia y la lucha contra la pobreza; y elaborar un Plan Nacional contra la Pobreza Infantil, tal y como recomendó en 2010 el Comité de los Derechos del Niño y fue recogido en los programas electorales de los principales partidos en las pasadas elecciones.